Entrevista Diana Maffia | “No veo un compromiso de toda la sociedad para erradicar la violencia”
A partir de la noticia de la aparición sin vida del cuerpo de Araceli Fulles nos preguntamos ¿existe un encrudecimiento con las mujeres? ¿Nos están matando por desobedientes o se denuncia más la violencia machista?
Hablamos con Diana Maffia, Directora del Observatorio de Género en la Justicia, quien problematizó sobre el tema: “Las agresiones que las mujeres sufren son atribuidas a inconductas de las mujeres y no a una dificultad de varones adultos a retener el impulso que tengan, quiere decir que un cuerpo de mujer en la calle o en la casa, no hay lugar que sea seguro, es un cuerpo apropiable, entonces no veo una actitud de los varones de modificar esa conducta, sino que la exigencia es que las mujeres seamos más recatadas, más prudentes, nos quedemos en nuestras casas, no protestemos y la verdad es que esas conductas de docilidad tampoco nos han dado resultados.” Además afirmó que se trata de un problema estructural: “Hay un sistema al que llamamos sistema de violencia femicida. Cuando hablamos de femicidios no hablamos simplemente de que un varón asesina a una mujer, hablamos de que ese varón mata a esa mujer en unas condiciones de vulnerabilidad producida socialmente que producen una situación de vulnerabilidad precisamente concentrada en las condiciones de vida de esa mujer de inferioridad, de incapacidad para poder mantenerse económicamente sola, de degradación a los cuerpos que circulen o no circulen en el campo del deseo masculino, una serie de condicionamientos que hacen de la sociedad una sociedad con una violencia feticida, no es solo un varón femicida. Esa estructura violenta, esa condición patriarcal de la sociedad es la que produce las condiciones óptimas para que un varón asesine impunemente o cruelmente a una mujer y que muchas veces ni siquiera sea penalizado por eso.”
Finalmente llamó a la unión del movimiento feminista y a la necesidad de generar acuerdos para erradicar la violencia: “Salimos a las calles y gritamos enojadas, acordamos quizás una o dos consignas, pero luego hay que transformar esas consignas en acción colectiva y transformar un grito en acción colectiva necesita que nos sentemos a conversar personas que tenemos puntos de vistas muy diferentes y planear acciones en común, planear acciones en común desde la diversidad que somos el movimiento de mujeres. Somos un movimiento extraordinariamente diverso. […] Hay que hacer enormes esfuerzos de diálogo.”