Para quien cree no existe imposible, existe Dios 07/10/18 (#1008)
Pastor José Luis Cinalli - 07/10/2018
Para quien cree no existe imposible, existe Dios
“Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos”, Lucas 18:1 (NTV). “Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando”, Romanos 12:12 (NTV). “Nunca dejen de orar”, 1ª Tesalonicenses 5:17 (NTV). “Dedíquense a la oración…”, Colosenses 4:2 (NTV). “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo…”, Filipenses 4:6 (NTV). “Oren… en todo momento y en toda ocasión…”, Efesios 6:18 (NTV).
La voluntad de Dios es que oremos. Y entonces, ¿por qué no oramos?
1) Porque no sabemos cómo hacerlo. ¡Y no sabemos porque no oramos! El Espíritu Santo les enseña a orar a quienes oran: “Cuando venga el Espíritu… él los guiará…”, Juan 16:13 (NTV). Puedes escuchar mensajes, leer libros y tomar cursos acerca de la oración y no por eso aprenderás a orar. Podrías escuchar a un eximio pianista tocar música durante un año, pero eso no te enseñará a tocar un instrumento. No se consigue algo de valor sin la práctica. ¡Solo los que oran aprenden a orar!
2) Porque no estamos seguros de que Dios nos escucha. La Biblia dice: “Cuando oren, los escucharé”, Jeremías 29:12 (NTV). Solo una cosa impide que nuestras oraciones sean escuchadas: el pecado. “…Sus pecados han hecho que Dios se tape los oídos y no quiera escucharlos”, Isaías 59:2 (TLA). ¡Cuando hay pecado la oración no funciona!
3) Porque dudamos de que sean contestadas. Sin embargo, Dios “responde a nuestras oraciones”,Salmo 65:2 (NTV). “Les responderé antes que me llamen. Cuando aún estén hablando de lo que necesiten, ¡me adelantaré y responderé a sus oraciones!”, Isaías 65:24 (NTV). Jesús dijo: “Pidan, y Dios les dará…”, Mateo 7:7 (PDT). Dios no se burla de sus hijos prometiéndoles responder sus oraciones para luego no hacerlo. Empero, existen oraciones que podrían no ser contestadas:
a) Cuando no pedimos en el nombre de Jesús. “Yo haré lo que pidan en mi nombre”, Juan 14:14 (PDT). “Pidan en mi nombre y recibirán respuesta…”, Juan 16:24 (NT BAD).
b) Cuando lo que pedimos no agrada a Dios. “Estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada…”, 1ª Juan 5:14 (NTV). “Piden y no reciben nada porque piden con la torcida intención de malgastarlo en sus propios caprichos”, Santiago 4:3 (BLPH). Dios no da bendiciones para ser malgastadas.
c) Cuando somos desobedientes. “Dios rechaza las oraciones de los que no lo obedecen”, Proverbios 28:9 (TLA). “Y recibiremos de él todo lo que le pidamos porque lo obedecemos…”, 1ª Juan 3:22 (NTV). “Si ustedes… obedecen mis mandamientos, pueden pedir cuanto quieran, y les será concedido”, Juan 15:7 (NT BAD). La falta de obediencia es un obstáculo para la bendición divina.
d) Cuando oramos sin fe. “Ustedes pueden orar por cualquier cosa y, si tienen fe, la recibirán”, Mateo 21:22 (NTV). “Hay que pedir con fe, sin vacilar…”, Santiago 1:6 (BLA). Pedir sin fe es un insulto a Dios. ¿Y cómo podemos aumentar nuestra fe? Pasando más tiempo con Dios. ¿Te acuerdas del incidente en el que los discípulos no pudieron echar fuera el demonio de la vida de un niño? Jesús dijo que les faltó fe, Mateo 17:20. Y les faltó fe porque no habían estado con Jesús en el monte. Los discípulos que no pudieron echar fuera al demonio fueron todos menos Pedro, Jacobo y Juan quienes se hallaban con Jesús en la montaña, Lucas 9:28. Los discípulos que estuvieron con Jesús orando tenían más fe que aquellos que habían quedado en el valle. ¿Y cómo lo sabemos? Porque fueron ellos los que estuvieron dispuestos a pedir fuego del cielo, Lucas 9:52-54. ¿Cómo es posible que tuvieran semejante fe? La respuesta es sencilla: ¡habían estado con Jesús en la montaña orando! ¿Lo ves? Esa es la razón por la que Pablo dijo: “… la fe viene por oír… la Buena Noticia acerca de Cristo”, Romanos 10:17 (NTV). Quienes aprenden a cultivar una relación cercana con Dios aumentan su fe y sus oraciones son contestadas.
e) Cuando no perdonamos. Jesús dijo: “Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre... también les perdone a ustedes sus pecados”, Marcos 11:25 (NTV). “Si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados”, Mateo 6:15 (NTV). Hay personas que no quieren perdonar y guardan resentimiento en sus corazones. Es posible que sigan siendo hijos, pero su comunión con Dios está deteriorada. ¿Eres de ‘hacer la cruz’ a quienes te ofendieron? Pídele al Espíritu Santo que te guíe al arrepentimiento. La falta de perdón es un dique que detiene el río de la bendición de Dios para tu vida.
f) Cuando existen problemas conyugales. “Esposos, cuiden a sus esposas… Recuerden que sus esposas y ustedes son socios en… la recepción de las bendiciones de Dios, y si no las tratan como es debido, sus oraciones no recibirán prontas respuestas”, 1ª Pedro 3:7 (NT BAD). Sin unidad las oraciones no llegan a Dios. No se puede estar mal en el matrimonio y, a la vez, estar bien con Dios.
g) Cuando no somos perseverantes. Jesús dijo: “Sigan pidiendo… sigan buscando… sigan llamando…”, Lucas 11:9 (NTV). Si supiéramos que nuestras oraciones serían contestadas a la hora siguiente de hacerlas nuestros pantalones estarían llenos de agujeros en las rodillas. Aquí es dónde fallan casi todos los cristianos. Como la respuesta no llega inmediatamente se desalientan y dejan de orar. La clave es la perseverancia: “La súplica del justo tiene mucho poder con tal de que sea perseverante”, Santiago 5:16 (BLA). “Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora… Entonces recibirán todo lo que él ha prometido”, Hebreos 10:36 (NTV). Si eres perezoso en la oración tienes muy pocas esperanzas de ser bendecido por Dios.
Una reflexión final. Pedro dijo: “El fin de todas las cosas está cerca… dediquen sus noches a la oración”, 1ª Pedro 4:7 (BL95). Pablo se expresó de la siguiente manera: “He aquí mis instrucciones: Oren mucho…”, 1ª Timoteo 2:1 (NT BAD). Los líderes de la primitiva iglesia llegaron a la siguiente conclusión: “Nosotros persistiremos en la oración...”, Hechos 6:4. Y Jesús contó dos parábolas para enfatizar la importancia de orar siempre y nunca darse por vencidos, Lucas 11:5-13; Lucas 18:1-8. A luz de todos estos pasajes llegamos a la conclusión de que ninguna otra actividad bajo el cielo produce mejores dividendos que la oración frecuente, persistente y abundante.
Mientras oraba pidiéndole a Dios que nos despertara del profundo sueño espiritual en el que creo que estamos el Señor me corrigió: “No están dormidos, están distraídos”. Y de repente vi a un niño llorando dentro de una cuna mecedora. Vi también a la madre acunándolo y cantándole canciones para que deje de llorar. Como no lo conseguía, recurrió al arsenal de juguetes que tenía a su disposición para llamar su atención. Así está la iglesia, ¡entretenida! Para despertar el interés en las cosas espirituales los líderes tendemos a organizar actividades que tienen muy poco impacto en la vida espiritual de esas personas. Por su parte, el mundo contribuye con el placer instantáneo y el sonajero de las cosas nuevas, sin uso y de alta estima: el auto nuevo, la ropa nueva, las cosas nuevas. Chirimbolos de muchos tamaños y diversos colores. Algunos hacen ruido y nos mantienen embobados como el celular, la televisión o la Internet. Otros tocan nuestras emociones, como las largas reuniones de amigos que no dejan tiempo para la oración ni la lectura bíblica o los pasatiempos que requieren entrenamiento y esfuerzo dejándonos tan exhaustos que no podemos orar con fervor. Para otros el trabajo o el estudio roba todas las energías y no tienen ánimo de buscar al Señor. Tenemos que velar para que Dios tenga la mejor parte de nuestra vida. De Él procede todo bien. Tu familia, trabajo y tu profesión serán muy bendecidos si comienzas a enfocarte primero en Dios. No permitas que tu mirada se desvíe de las cosas de arriba. El diablo quiere acunarnos y nos canta canciones anticristianas y mundanas. Hace todo lo posible para que no seamos poderosos guerreros espirituales. Él sabe que cuando despiertes, toda artimaña contra tu vida se destruirá y que tu poder nacido en la comunión con Dios te mantendrá con paz y en victoria de modo permanente. El mundo, el diablo y la carne son hermanos en el pecado con el fin de mantenernos entretenidos para evitar que busquemos a Dios.