El sexo y la ideología de género 02/12/18 (#1016)
José Luis Cinalli - 02/12/2018
El sexo y la ideología de género
“No luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible… y contra espíritus malignos de los lugares celestiales”, Efesios 6:12 (NTV).
La intención de Satanás es abrir una brecha entre Dios y el cristiano por medio de pecado. ¿Por qué? Porque los odia con odio absoluto. Para concretar su plan se vale de personas de poder y preeminencia. Pueden ser del gobierno o de la Iglesia. Un jefe de Estado puede influir sobre millones de personas. ¿Te acuerdas de Elimas, el mago? La Biblia dice que “se había apegado al gobernador…”, Hechos 13:7 (NTV). ¿Para qué? Para impedir que le fuera revelada la verdad del evangelio: “El brujo… llamado Elimas… trataba de evitar que el gobernador creyera en Jesús… Pablo… le dijo: -¡Hijo del diablo! Eres enemigo de todo lo bueno… y siempre tratas de tergiversar la verdad del Señor”, Hechos 13:8-10 (PDT). Elimas frecuentaba las cortes y ejercía influencia sobre los que tenían poder. ¿No sucede lo mismo hoy en día? Los mejores aliados que tiene esta perversa potestad llamada ideología de género están directa o indirectamente ejerciendo poder en el gobierno. ¿Por qué? Porque de ese modo pueden arrastrar a otros. Si el capitán se corrompe, toda la tropa lo seguirá. Jeroboam abrió la puerta a la idolatría y pronto toda la nación cayó en la misma trampa. Pero aun cuando el pecado se quede en la corte y no se disemina, la nación entera paga un alto precio por la desobediencia de sus gobernantes. David sucumbió a la tentación de Satanás de censar al pueblo y todo Israel sufrió el castigo de Dios: “A Dios no le agradó lo que David había hecho, y decidió castigar al pueblo de Israel”, 1º Crónicas 21:7 (TLA).
El pecado de un líder, sea en la iglesia o la nación, tiene serias consecuencias para las personas que están bajo su autoridad. “Por causa del pecado de Salomón, castigaré a los descendientes de David”, 1º Reyes 11:39 (NTV). Cuando David le preguntó al Señor por qué los trataba tan mal, Dios le respondió: “Si ahora ustedes no tienen qué comer, la culpa es de Saúl… pues él mató a muchos gabaonitas”, 2º Samuel 21:1 (TLA). “Joacaz… rey de Israel… hizo lo que no le gustaba al Señor… Entonces el Señor se enojó con Israel…”, 2º Reyes 13:1-3 (PDT). Creer que no existe relación entre el pecado de un gobernante y la desgracia en la que está su nación es la mayor ventaja que se le pueda dar al enemigo. Lo mismo sucede en el hogar. Dios ha delegado en los padres la responsabilidad de ser protectores de sus hijos. Si los padres llevan vidas santas la familia será bendecida pero si desobedecen a Dios entonces el diablo tendrá toda la autoridad que necesita para pulverizar la familia.
Además de infiltrarse en el gobierno, Satanás también apunta a los mandatarios de la iglesia. ¿Qué mejor manera de infectar a todo el pueblo que envenenando la cisterna de la que sacan agua? Si él logra corromper el corazón de los líderes y pastores tendrá entrada libre y podrá pasearse invisible entre el rebaño de Dios: ¡un diablo vestido de pastor! ¿Quién persuadió al rey Acab para ir a Ramot de Galaad? Sus propios profetas bajo la inspiración del diablo: “Yo saldré, y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas”, 1º Reyes 22:22. Los líderes desobedientes endurecen a los pecadores en sus pecados. En lugar de hacer conocer la verdad del evangelio al pueblo la ocultan poniendo cojines de paz bajo sus conciencias diciendo: “Paz, paz, todo está bien”. ¿Cómo hacer para desacreditar a Dios? Que el mundo observe la conducta inmoral de los líderes, y muchos, buenos y malos, rechazarán la verdad del evangelio.
El diablo tiene una inquina personal contra Dios. Cuando pecamos nos unimos a Satanás en su lucha contra Dios. ¡Una verdadera misión suicida! “El que peca demuestra pertenecer a Satanás…”, 1ª Juan 3:8 (NT BAD). ¿Y qué es lo que está en juego en esta guerra? Las cosas eternas. Cuando Pablo dice que luchamos “contra espíritus malignos de los lugares celestiales” hay quienes interpretan “lugares celestiales” como “en las cosas celestiales”. No luchamos por trivialidades sino por lo celestial, ¡por el cielo mismo! El pecado es el peor negocio de la vida porque pone en riesgo la bendición más grande ofrecida por Dios al hombre. No existe un adjetivo en ningún idioma conocido que pueda describir la magnitud de la maldad del pecado. Medita bien antes de aceptar la oferta del infierno. Más bien odia el pecado. Si vas a luchar con él, hazlo en serio. Tírate sobre su cuello y no permitas que respire ni se levante.
Aprende de los secuaces de Satanás. Aunque Cristo estaba de espalda en el suelo, ellos tomaron sus precauciones. Nunca pensaron que lo tenían seguro, ni aun muerto. Sellaron la tumba y la vigilaron. Tú debes hacer lo mismo para estorbar la resurrección de tu pecado. Vigila constantemente tu vida.
El diablo es el inventor del pecado por eso al pecado se lo llama “las obras del diablo”, 1ª Juan 3:8. Pero además es el gran instigador de cualquier pecado, por eso se lo llama el tentador, Mateo 4:3. Siempre está dándonos ideas para pecar. Es verdad que el pecado es una actividad antigua pero con cada nueva generación nacen nuevos pecados. La bigamia no se conocía hasta que nació Lamec; y desde entonces se fue perfeccionando al punto en que los habitantes de Sodoma inauguraron un nuevo pecado: la homosexualidad, Génesis 19. El pecado que inventaron lleva su nombre hasta hoy: sodomitas. ¡Piensa dos veces antes de usar la inteligencia para inventar nuevos pecados! Puede que provoques a Dios a nuevos juicios. Sodoma inventó un nuevo pecado, y Dios inventó un nuevo castigo para ellos: les envió el infierno desde lo alto.
La razón por la que los nuevos pecados son peores que los anteriores es porque el pecado endurece el corazón: “Que ninguno de ustedes se endurezca por el… pecado”, Hebreos 3:13 (NVI). Pablo aclara este concepto diciendo que los pecadores están siempre pensando en cómo pecar mejor: “Inventan nuevas formas de pecar… peor aún, incitan a otros a que también las hagan”, Romanos 1:30-32 (NTV). Hoy en día existen pecados que hasta hace un tiempo atrás no se conocían. La transexualidad es un pecado moderno al igual que la trieja, es decir la relación íntima, amorosa y sexual de manera simultánea de tres personas con pleno consentimiento: tres hombres o tres mujeres o dos hombres y una mujer o dos mujeres y un hombre. Los pecados del poliamor, poli sexo y pareja libre no existían, como tampoco el cambio de sexo o la objetofilia, es decir la relación emocional y sentimental entre una persona y una cosa. ¿No lo sabías? Yo tampoco. Eija Riitta Berliner Mauer se casó con el muro de Berlín en 1979. Hay quienes han contraído matrimonio con la Torre Eiffel, las torres gemelas o con una estación de trenes como sucedió con una mujer norteamericana en California. La mujer dice estar enamorada, tener fantasías y hasta relaciones sexuales con la estación de tren. Algunas de estas conductas no solo que existen sino que están legalmente aceptadas en varios países. Ahora bien, el hecho de que una conducta sea legal no significa que sea buena ni justa y muchos menos bíblica. Este caos moral y jurídico lleva a cosas que son insólitas. Un hombre llamado Sergio cumplió 60 años y para jubilarse antes fue al registro nacional de las personas y se cambió de nombre. Ahora es Sergia y el estado tuvo que jubilarla porque Sergio dice autopercibirse mujer. ¿Es legal? Sí. ¿Es justo? No. Sergio tendrá todo el derecho del mundo de auto percibirse mujer pero no es justo que el Estado financie su jubilación con los impuestos de todos nosotros. Otro caso verdadero es el de un hombre trans que quiso jugar en la liga de Hockey femenina. Las mujeres se quejaron, entonces lo separaron de la liga. El hombre trans recurrió a la justicia y el juez falló a su favor alegando que en la Argentina existe la ley de identidad de género que dice que la sexualidad está determinada por la autopercepción que tenga el individuo de sí mismo. Este hombre dice ser mujer entonces se le permitió jugar en la liga femenina aunque el resto de las mujeres no lo quisieran. ¿Es legal? Si. ¿Es justo? No. Otro caso es el de un hombre transgénero que empezó a competir en la categoría femenina. Es un hombre pero él dice ser mujer y tuvieron que aceptarlo y, por supuesto, debido a las ventajas de su sexo de nacimiento ganó la competencia. ¿Y qué me dices de Ángela Ponce? Un hombre que se autopercibe mujer y ganó el concurso de Miss Universo España y ahora competirá en Tailandia. Pero el colmo se vio en EEUU. Un violador hombre dijo ser mujer y lo pusieron en el pabellón de mujeres. ¿Qué sucedió? Violó a varias mujeres. En lugar de ponerlo donde siempre tuvo que haber estado, es decir en el pabellón de hombres, lo aislaron.
¿Qué vamos a hacer? ¿Usaremos la inteligencia que Dios nos dio para crear nuevos pecados? ¿O nos seguiremos revolcando en los que ya conocemos y no nos decidimos a abandonar? Si crees que puedes deslizar tus pecados debajo de la mesa sin que nadie, ni siquiera Dios los vea, has sido vilmente engañado por el diablo quien ha estado enseñando este mismo truco desde Adán, que pensaba esconderse tras una hoja de higuera. No seamos ilusos. Nada puede cubrir nuestro pecado de la mirada de Dios. El Señor nos pedirá cuentas, en esta vida o en la otra, pero algún día tendremos que responder. El más grave castigo que Dios puede imponer a este lado de la eternidad, es dejar al pecador a su aire, yendo camino al infierno en compañía de Satanás. ¡Que éste no sea tu caso!