¿A quién sirves? ¿A Dios o al diablo?
Episode 46, Jun 30, 2019, 11:27 PM
30/06/19
¿A quién sirves? ¿A Dios o al diablo?
“Yo he venido en nombre de Mi Padre y ustedes no me reciben; si otro viene en su propio nombre, a ése recibirán”, Juan 5:43 (NBLH).
¿Quién es ese ‘otro’ que viene en su propio nombre y que los judíos recibirán como el Mesías? ¡El anticristo! La palabra otro tiene varios significados en la Biblia. Jesús utilizó “allos” que significa “otro” de la misma clase y no “heteros” que significa uno de “otra clase”. Cristo, el hijo de Abraham, fue rechazado por Israel, pero “otro” de la misma simiente abrahámica (un judío) se presentará a ellos y a éste recibirán.
El anticristo será el hijo de Satanás: “Hombre de pecado, el Hijo de Perdición”, 2ª Tesalonicenses 2:3. El que Satanás tenga un hijo no tiene por qué sorprendernos. El diablo es un imitador consumado y su éxito radica en la habilidad que tiene para imitar a Dios. Veamos un poco más de cerca el tema. Cristo era hombre: “El hombre Cristo Jesús”, 1ª Timoteo 2:5 (NTV); también lo será el anticristo: “El hombre de pecado”, 2ª Tesalonicenses 2:3. Sin embargo, Cristo era más que un hombre; era el Dios hombre. Lo mismo el anticristo será más que un hombre; será un superhombre. Cristo era, según la carne, un judío (Romanos 1:3); también lo será el anticristo, Ezequiel 21:25-26, 28:10; Daniel 11:36-37. Cristo hará un pacto con Israel (Hebreos 8:8); también lo hará el anticristo, Daniel 9:27. Cristo obró milagros: “… Voy a hablarles de Jesús… Sabemos que Dios… le dio grandes poderes, porque lo vimos hacer grandes maravillas y señales”, Hechos 2:22 (TLA). Lo mismo se dirá del anticristo: “Ese hombre vendrá a hacer la obra de Satanás con poder, señales y milagros falsos”, 2ª Tesalonicenses 2:9 (NTV). El ministerio público de Cristo se limitó a tres años y medio; lo mismo ocurrirá con el ministerio final del anticristo, Apocalipsis 13:5. Cristo vendrá en un “caballo blanco” (Apocalipsis 19:11); lo mismo el anticristo, Apocalipsis 6:2. Cristo murió y resucitó; lo mismo ocurrirá con el anticristo, Apocalipsis 13:3, 17:8. Cristo será objeto de adoración (Filipenses 2:10); lo mismo el anticristo, Apocalipsis 13:4. Los seguidores del Cordero serán sellados en sus frentes (Apocalipsis 7:3, 14:1); lo mismo los seguidores del anticristo, Apocalipsis 13:16-17. Existe una santa trinidad; y también una trinidad del mal: el diablo, la bestia y el falto profeta, Apocalipsis 20:10. En esta trinidad del mal Satanás es llamado varias veces padre: “Ustedes son hijos de su padre, el diablo”, Juan 8:44 (NTV). A su hijo, el anticristo, Satanás le dará su autoridad y poder para que lo represente y obre en su nombre (Apocalipsis 13:4), de la misma manera que el Hijo de Dios recibe “todo poder” de su Padre, Mateo 28:18. El Dragón (Satanás) y la Bestia (el anticristo) están acompañados por el falso profeta y tal como el Espíritu Santo da testimonio de la persona y obra de Cristo y le glorifica, la tercera persona de la trinidad del mal da testimonio de la persona y obra del anticristo y le glorifica, Apocalipsis 13:11-14.
¿Te cuesta creer que el anticristo será el hijo de Satanás? Presta atención a lo que Dios le dijo a Satanás: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”, Génesis 3:15. Se habla de una doble enemistad. “Podré enemistad entre ti y la mujer”, esto es entre Satanás e Israel, porque Israel era la mujer de la que nació Cristo (Apocalipsis 12) “y entre tu simiente y la simiente suya”. La simiente de Satanás es el anticristo y la simiente de la mujer es Cristo. El anticristo será pues la simiente literal y real de la vieja serpiente, el diablo, tal como Cristo era, según la carne, el hijo real y literal de la mujer.
El anticristo será Judas reencarnado. Jesús dijo que Judas era un hombre: “... Pobre del hombre que me traiciona. Habría sido mejor si no hubiera nacido”, Mateo 26:24 (NT-BAD). Pero también dijo que era diablo: “¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?”, Juan 6:70. En el griego existe una palabra para “diablo” y otra para “demonio”. Hay muchos demonios, pero un solo diablo. Además, en ningún otro pasaje se aplica la palabra “diablo” más que al mismo Satanás. Judas era el diablo encarnado, tal como el Señor Jesús era Dios encarnado. Cristo mismo lo dijo, y no dudamos de su palabra. Ahora bien, ¿cómo sabemos que Judas y el anticristo son la misma persona? Porque Jesús llamó a Judas“hijo de perdición”: “… A los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición…”, Juan 17:12. Ahora bien, el anticristo es llamado también “el hijo de perdición”, En 2ª Tesalonicenses 2:3. Éstos son los dos únicos lugares en la Biblia donde se menciona este nombre, y el hecho de que Judas fuera llamado no ‘un hijo de perdición’, sino “el hijo de perdición”, y el hecho de que el anticristo sea también llamado así, demuestra que es una misma persona. ¿A qué conclusión puede llegar un lector de la Biblia sencillo y sin prejuicios?
De la misma manera que Dios se encarnó en Cristo Satanás se encarnó en Judas. Cristo está a la derecha de Dios Padre y Judas ¿dónde está? ¡En el abismo!¿Cómo lo sabemos? Porque la Biblia dice que el anticristo, que será el Judas reencarnado “sube del abismo”, Apocalipsis 11:7. El abismo es el lugar o la prisión en la que están detenidos muchos espíritus malignos. ¿Recuerdas la legión de demonios que tenía el gadareno? Ellos le rogaron a Jesús que “no los mandase ir al abismo”, Lucas 8:31. Además el anticristo es llamado “el ángel del pozo del abismo” (Apocalipsis 9:1-2), porque el abismo es su residencia. De este pozo viene la bestia (el anticristo). Y en él Satanás será encarcelado durante mil años, Apocalipsis 20:3. El abismo es un lugar muy distinto del Hades, en el cual las almas de los seres humanos perdidos están siendo atormentadas ahora y tiene que distinguirse del lago de fuego en el cual todos los perdidos van a sufrir para siempre. Es decir el Hades dejará de existir y las personas que están hoy en día allí serán trasladadas al lago de fuego: “… Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego… ”, Apocalipsis 20:14 (NT-BAD). La gran pregunta a contestar es la siguiente: ¿cómo llegó el anticristo al abismo? ¡Cuando Judas Iscariote murió! De nadie más se dice en la Biblia que a su muerte se “fue a su propio lugar”. “Y orando, dijeron: … Señor… muestra cuál de estos dos has escogido, para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar”, Hechos 1:24-25. Coloca estos dos mensajes juntos: Judas se“fue a su propio lugar” y “la bestia sube del abismo”.
Con respecto a Judas existen muchas preguntas: ¿por qué razón traicionó al maestro? Si no estaba de acuerdo con él, ¿por qué se quedó a su lado? Y, ¿por qué razón Jesús lo eligió si sabía que lo iba a traicionar? ¿Cómo es posible que ninguno de los discípulos haya sospechado de él aun cuando Jesús dijo que uno de ellos lo entregaría? ¿Y qué vio Satanás en Judas para que se convirtiera en un instrumento tan útil en sus manos? Veamos lo que dice la Biblia. Cuando Jesús eligió a Judas no era un traidor, ¡llegó a serlo!, Lucas 6:16. ¿Y qué era antes de ser traidor? Ladrón, Juan 12:6. Ladrón, avaro, mentiroso e hipócrita. Todas estas fallas de carácter fueron puertas abiertas que el diablo usó para ir tomando el control de su vida, paso a paso.Pequeñas concesiones suele ser la antesala de grandes transgresiones. Al inicio Judas robaba de la tesorería. Luego, prestó oído a la sugerencia de Satanás de traicionar a Jesús, Juan 13:2. Finalmente, el mismísimo Satanás entró y tomó control absoluto de su vida: “Después del bocado, Satanás entró en él”, Juan 13:27. En cada instancia, Judas tenía la opción de aceptar o rechazar las pérfidas sugerencias del diablo. En otras palabras, Judas era libre, por lo tanto, responsable por sus actos.
Hay dos grandes enseñanzas que rescatamos de la vida de Judas. 1) No subestimar el poder del pecado. El diablo está siempre observándonos y en cuanto ve una puerta abierta en nuestra vida por el pecado se mete para destruirnos. No tomes a la ligera los puntos flacos de tu carácter. No te des ‘licencias’ o ‘permisos’ para hacer lo malo. No toleres, apañes o protejas el pecado en tu vida. Atácalo con la mayor rudeza que puedas porque el pecado tiene el poder de condenarte a las llamas del infierno. 2) Las buenas oportunidades tienen un límite. Jesús ofreció cuantiosas oportunidades a Judas, pero él no aprovechó ni una sola. Cristo le ofreció su amistad, le dio autoridad para sanar y echar fuera los demonios, le lavó los pies, mojó pan y se lo dio en la boca en señal de compañía y respeto y, por último, en el Getsemaní, cuando Judas lo entregaba, lo trató como amigo. Hasta qué punto llegó el amor de Jesús por Judas que nunca lo desenmascaró públicamente por ser ladrón, ni siquiera con sus discípulos. Cuanto más amor recibía, más insensible se volvía. ¿Cómo es posible que una persona tan privilegiada pudiera permanecer tan apática al amor de Jesús? ¿No corremos nosotros el mismo peligro? Acaso, el Señor, ¿nos ama menos que a Judas? ¿No se nos ofrece como a Él la posibilidad de superar nuestras debilidades con su ayuda? ¿No tenemos nosotros también la mismas oportunidades que tuvo él para ser un discípulo de Jesús? La vida de Judas nos recuerda que el tiempo de gracia tiene un fin y que Dios está siempre buscando personas que sean sus instrumentos en el mundo, aunque también las fuerzas del mal están haciendo lo mismo: buscando personas que estén dispuestas a servir a sus propósitos. Aquí radica la terrible responsabilidad humana. Cada uno puede aceptar el servicio a Dios o el servicio al diablo. Tú, ¿qué eliges?