Cuando vences tus miedos se destruyen tus límites 12/04/2020 #1087

Episode 90,   Apr 12, 2020, 11:20 PM

José Luis Cinalli
 12/4/2020
Cuando vences tus miedos se destruyen tus límites
 
No tengan miedo... porque hay un poder mucho más grande de nuestro lado... ¡Con nosotros está el Señor… para ayudarnos y para pelear nuestras batallas...!”, 2º Crónicas 32:7-8 (NTV). “Díganles a los temerosos: “… no teman, aquí está… Dios… Él vendrá a rescatarlos, Isaías 35:4 (PDT).  
 
Las crisis desnudan nuestro corazón y exponen nuestras debilidades. Y la presente crisis mundial no es la excepción. No es de extrañar que los hijos de este mundo estén abatidos y sin esperanza. Lo alarmante es ver a creyentes deambular preocupados, llenos de ansiedad y paralizados por el temor. Están llenos de miedo. Miedo a perder el trabajo, a no pagar las cuentas, a ser despedido, a enfermarse, a morir. Miedo al presente. Miedo al futuro. Miedo al rechazo. Miedo al fracaso. Están atados, encadenados, amordazados y amarrados por miríadas de temores que los atormentan día y noche. ¡Qué fuerza destructiva es el miedo! Y lo peor de todo es que no hacen el más mínimo esfuerzo por deshacerse de esos temores. Desparramaban el virus del miedo y nadie los detiene para preguntarles por qué no están en cuarentena. ¿Alguien cree que a Dios le agrada esta actitud pesimista? ¿Necesitas ver el pan en el plato para creer en la fidelidad de Dios? Pues bien, ¡el pan está en tu plato! ¿Necesitas una garantía para creer que el pan seguirá estando allí? ¡Tienes esa garantía! “… Dios les dará… todo lo que les haga falta”, Filipenses 4:19 (TLA). “El SEÑOR no dejará que el justo pase hambre…”, Proverbios 10:3 (NTV).Dios proveerá con generosidad todo lo que necesitensiempre tendrán todo lo necesario…”, 2ª Corintios 9:8 (NTV). “En tiempos difíciles serán prosperados; en épocas de hambre tendrán abundancia, Salmo 37:19 (NVI). “El Señor cuida de los que le temen… y en épocas de hambre los mantiene con vida”, Salmo 33:18-19 (NVI). “… Los que le temen tendrán todo lo que necesitan, Salmo 34:9 (NTV).Dios siempre cuida a los suyos y escucha sus oraciones…”, Salmo 34:15 (TLA). “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará el Señor, Salmo 34:19 (NVP). “He vivido muchos años y nunca he visto al justo desamparado, ni a sus hijos sin tener qué comer”, Salmo 37:25 (PDT). El Señor… no abandona a quienes le son fieles…”, Salmo 37:28 (NVI). El Señor no abandonará a su pueblo, ni dejará solos a los suyos”, Salmo 94:14 (DHH). “… Dios… no le niega ninguna bendición al que vive con integridad”, Salmo 84:11 (PDT). Jesús dijo: “Si Dios cuida… a las flores… tengan por seguro que cuidará de ustedes Él les dará todo lo que necesiten, Lucas 12:28-31 (NTV). Posiblemente algún desconfiado diga: “¿será que Dios cumplirá sus promesas?”. ¿Y por qué no lo haría? La Biblia dice claramente que “hay dos cosas imposibles: que Dios mienta y que no cumpla lo que promete…”, Hebreos 6:18 (PDT). “Dios… siempre cumple su palabra…”, 1ª Samuel 15:29 (TLA). “… Dios siempre dice la verdad”, Romanos 3:4 (TLA). El Señor es tan fiel que al igual que Samuel podríamos decir: “Ebenezer… ¡Hasta aquí el SEÑOR nos ha ayudado!, 1º Samuel 7:12 (NTV). Dios siempre cumple lo que promete. Le dijo a Abraham: “… Voy a darte muchas riquezas”, Génesis 15:1 (TLA). Y el hombre se volvió riquísimo, Génesis 13:2. Le dijo a Isaac: “… Tus descendientes… se convertirán en una gran nación…”, Génesis 26:24 (NTV). Y lo nación se volvió más numerosa que la de los egipcios, Éxodo 1:9. Dios le dijo a la viuda de Sarepta: “… Siempre habrá harina y aceite… en tus recipientes…”, 1º Reyes 17:14 (NTV). Y “tal como la palabra del Señor lo había anunciado… no se agotó la harina de la tinaja ni se acabó el aceite del jarro, 1º Reyes 17:16 (NVI). No existe razón para desconfiar de Dios: “Nuestro Dios no ha dejado de cumplir nada de todo lo bueno que… prometió. Todo lo que prometió se ha hecho realidad, Josué 23:14 (TLA). Ya que Dios siempre cumplió su palabra tengamos fe que también cumplirá todas y cada una de las promesas que nos ha hecho a nosotros: Dios lo hará porque él es fiel para hacer lo que dice…”, 1ª Corintios 1:9 (NTV).
 
Ahora bien, el miedo es muy malo porque atrae la incredulidad. Y la incredulidad aleja a Dios: “... Asegúrense de que ninguno de ustedes tenga un corazón... incrédulo que los aleje del Dios vivo”, Hebreos 3:12 (NTV). La única razón por la que Jesús realizó muy pocos milagros en Nazaret fue por la incredulidad de su gente, Mateo 13:58. Además, el miedo frustra los planes de Dios. El miedo ha dejado a muchos creyentes en el banco de los suplentes. Elías es nuestro ejemplo. El miedo lo desplazó del lugar que Dios tenía para él, 1º Reyes 19:3-4. ¿Y qué me dices del pueblo que salió de Egipto? No entraron a la tierra prometida porque desconfiaron de Dios a causa del miedo. Finalmente el miedo deshonra a Dios. “… Si no confían en El en todas las circunstancias de la vida… Dios no estará contento…”, Hebreos 10:38 (NT-BAD). El miedo es muy malo porque acusa a Dios de abandono. Nos hace dudar del cuidado de Dios. Por eso vence tus miedos con la fe. La fe no niega las dificultades, la fe se apoya en Dios que es muy diferente. La fe mira a Dios, se apoya en Dios y espera en Dios. No hay nada que supere a la fe.
 
Entre las leyes de la guerra había una de vital importancia para los soldados del pueblo de Israel: ¡no tener miedo! “Cuando salgas a luchar contra tus enemigo… no tengas miedo. ¡El SEÑOR tu Dios… está contigo!, Deuteronomio 20:1 (NTV). Antes de salir a cada batalla el sacerdote le recordaba al pueblo: “… No tengan miedo... ¡Pues el SEÑOR su Dios va con ustedes!..., Deuteronomio 20:3-4 (NTV). La promesa de su presencia siempre estuvo condicionada al mandamiento de no tener miedo. A Isaac se le dijo: “… No tengas miedo, porque yo estoy contigo y te bendeciré…”, Génesis 26:24 (NTV). Dios le dijo a Josué: “… No tengas miedo… porque el Señor tu Dios estará contigo donde quiera que vayas”, Josué 1:9 (PDT). A Isaías Dios le dijo: No tengas miedo… yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios… te doy fuerzas… te sostengo con mi mano victoriosa”, Isaías 41:10 (DHH). Cuando Jeremías fue llamado al ministerio se le ordenó: No… tengas miedo… porque estaré contigo y te protegeré…”, Jeremías 1:8 (NTV). Al pueblo de Israel se le pidió lo mismo: “... No tengan miedo… porque el Señor su Dios irá con ustedes. Él no los abandonará…”, Deuteronomio 31:6 (PDT). “No… tengas miedo… porque el SEÑOR tu Dios está contigo y él es Dios grande e imponente”, Deuteronomio 7:21 (NTV). Incluso al mismo Pablo se le ordenó lo mismo: “… ¡No tengas miedo!... Pues yo estoy contigo, y nadie te atacará ni te hará daño…”, Hechos 18:9-10 (NTV). Nosotros hemos sido bendecido con la misma promesa: “… Les aseguro que estaré con ustedes siempre…”, Mateo 28:19-20 (NVI). ¡La valentía es siempre un derivado de Su Presencia que se obtiene de llevar una vida íntima en el lugar secreto!
 
Y ¿qué sucedía con el miedoso? ¡Era descalificado para la batalla! Dios no lo quería en la guerra. Después de que el sacerdote le hablaba a las tropas lo hacia el general del ejército: “¿Hay alguien aquí que tenga miedo y haya perdido su valentía? Debe volver a su casa para que no haga que otros también pierdan su valentía, Deuteronomio 20:8 (PDT). Este asunto era demasiado serio: “El SEÑOR le dijo a Gedeón: “… dile al pueblo: “A todo aquel que le falte valentía o que tenga miedo, que… se vaya a su casa, Jueces 7:2-3 (NTV). Y se volvieron veintidós mil soldados, más del doble de los que se quedaron (diez mil), Jueces 7:3. ¡Cuántos miedosos hay en el ejército del Señor! El problema de los miedosos es que ellos portan un virus que es letal para la fe de los demás. Ellos no agradan a Dios y no dejan que otros tampoco lo hagan. Los diez espías miedosos arrastraron a toda una nación a la rebeldía: “… Nuestros hermanos nos desmoralizaron cuando nos dijeron: “Los habitantes de esa tierra son más altos que nosotros y son más fuertes…”, Deuteronomio 1:28 (NTV). Dios no quiere a los miedosos en el ministerio. Existen muchos creyentes haciendo banco hoy en día. Pablo tampoco quería cerca a los temerosos. Se peleó con Bernabé por causa de Juan Marcos: “Bernabé… quería llevar con ellos a Juan Marcos. Pero Pablo se opuso terminantemente ya que Juan Marcos los había abandonado… y no había continuado con ellos en el trabajo”, Hechos 15:37-38 (NTV). El miedo nos descalifica. Tan serio es este pecado que los cobardes y los incrédulos son los que encabezan la siniestra lista de condenados al infierno: “Los cobardes, incrédulos… tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre…”, Apocalipsis 21:8 (NBLH).
 
Entonces tenemos un mandato (“no tengas miedo”) y una promesa (“yo estaré contigo”): “… No tengas miedo… Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán”, Isaías 43:1-2 (NTV). Lo único que resta es decir como el Salmista: El Señor está conmigo, y por eso no tengo miedo…”, Salmo 118:6 (PDT).