La fe es la fuerza más poderosa del mundo 20/12/2020 #1023
Episode 126, Dec 28, 2020, 11:44 AM
Pastor José Luis Cinalli
20/12/2020
La fe es la fuerza más poderosa del mundo
“Confíen en… Dios… si lo hacen, todo saldrá bien…”, 2º Crónicas 20:20 (TLA).
El pecado ampliamente difundido entre los creyentes es la falta de fe. Yo mismo lo comprobé el día que prometí regalar un billete de cien pesos a la primera persona que se acercara al púlpito. Grande fue mi sorpresa cuando de cientos de personas reunidas solo un niño vino por él. Evaluemos nuestra fe sabiendo que “… Dios nos acepta por la fe y sólo por la fe… el que es aceptado… es aceptado por creer en Dios”, Romanos 1:17 (NT-BAD). Además la fe es indispensable para conocer a Dios ya que “… Dios… se revela, de fe en fe…”, Romanos 1:17 (Jünemann). Dios espera “… una fe en continuo crecimiento…”, Romanos 1:17 (BLPH). Veamos a continuación algunos beneficios de la fe:
1. Le fe en Dios atrae su protección. “El SEÑOR protege a los que tienen fe…”, Salmo 116:6 (NTV). “… Levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo”, Efesios 6:16 (NTV). “… Vivimos… protegidos por la armadura de la fe…”, 1ª Tesalonicenses 5:8 (NTV).
2. La fe en Dios atrae su bendición. “El Señor te bendecirá porque creíste…”, Lucas 1:45 (PDT). La persona de fe se caracteriza porque ora creyendo que recibirá lo que pide y luego agradece por el milagro que todavía no ha visto como hizo Jesús frente a la tumba de Lázaro, Juan 11:41. “La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos…”, Hebreos 11:1 (NTV). “… Cuando pidan algo en sus oraciones, pídanlo convencidos de que ya lo han recibido y, entonces, lo que pidan será suyo”, Marcos 11:24 (PDT). No desperdicies el tiempo haciendo oraciones incrédulas. No le digas a Dios que deseas un avivamiento, en lugar de eso agradece por el avivamiento que ya estás disfrutando. ¡Si pides creyendo que recibirás lo que pides, entonces lo recibirás!
3. La fe en Dios atrae su confianza. La única razón por la que no somos de mayor utilidad en el reino de Dios es porque Dios no confía en nosotros. Te lo explico con un ejemplo cotidiano. ¿Quién posee el control en una empresa familiar? El fundador de la empresa. Aunque sea anciano y esté jubilado lo verás sentado en el sillón presidencial tomando las decisiones. Todavía no confía totalmente en su hijo como para delegarle la administración del negocio. El padre no tiene problemas en compartir los beneficios de su trabajo. Sus hijos conducen autos de alta gama, vacacionan en el caribe y llevan vidas de príncipes pero ninguno de ellos está al mando de la empresa. El padre teme que sus hijos tiren por la borda el sacrificio de toda una vida. Dios actúa de la misma manera. Somos enormemente bendecidos por un padre tan generoso. Nos colma de regalos y favores. Nos cuida, protege y provee para todas nuestras necesidades pero de ahí a confiarnos su mayor tesoro que es su iglesia es una cosa muy diferente. Antes de tomar la decisión de confiarnos algo tan importante nos pone a prueba. Quiere estar seguro de que seremos responsables con algo tan valioso. ¿Cómo saber si somos confiables? Contesta las siguientes preguntas y tendrás la respuesta. ¿Has sido responsable con el ministerio que Dios te ha dado? ¿Le eres fiel y obedeces sus mandamientos? ¿Cumples con alegría la misión que se te confió? Lamento decir que algunos creyentes son mucho más confiables y responsables en sus trabajos para los hijos de este mundo que en su misión como hijos de Dios. Que nadie se sorprenda si Dios los sigue teniendo en el banco por mucho tiempo.
4. La fe en Dios gana batallas imposibles. Un gran ejército compuesto por varias naciones aliadas le había declarado la guerra al rey Josafat ¿Cuál fue su primera reacción? ¡Buscar a Dios! En lugar de confiar en sus propios recursos, ya que era rico, poderoso (2º Reyes 17:5 y 12) y tenía un ejército que sobrepasaba el millón de soldados (2º Crónicas 17:14-19) decidió pedir ayuda al Señor, 2º Crónicas 20. Convocó al pueblo y lo arengó de la siguiente manera: “Confíen en… Dios… si lo hacen, todo saldrá bien…”, 2º Crónicas 20:20 (TLA). El pueblo siguió el consejo de su líder y ganaron la batalla. La fuerza de Israel no radicaba en su armamento militar sino en SU CONFIANZA EN DIOS. El Señor les concedió la victoria SOLO porque descansaron en Él. Y lo mismo sucederá contigo. ¿Cuál es la batalla más fuerte que estás librando en este tiempo? ¿Cuál es tu problema más grande? ¿Una adicción? ¿Una enfermedad? ¿Un temor? ¿Una traición? Pues tienes dos opciones: pelear con recursos humanos o confiar en Dios. Para Dios no hay dificultad o crisis demasiado grande; para Él son todas igualmente posibles de resolver. Cuanto mayor sea la dificultad, mejor la ocasión para intervenir como un Dios benigno y todopoderoso. ¡Si confías en Dios, TODO SALDRÁ BIEN!
5. La fe en Dios triunfa sobre las adversidades. Los problemas probarán tu fe: “… La confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba con los problemas…”, 1ª Pedro 1:7 (TLA). No dejes que la duda se apodere de tu corazón en el momento de la prueba. Declara como el Salmista: “… Tal vez lloremos por la noche, pero en la mañana estaremos felices”, Salmo 30:5 (TLA). La falta de confianza en los momentos difíciles es una deshonra a nuestro Dios. “… Si no confían en El en todas las circunstancias de la vida… Dios no estará contento…”, Hebreos 10:38 (NT-BAD). No importa qué mal se vean las cosas en tu vida, si se lo permites y te sometes a Dios, Él abrirá las puertas de la bendición porque Dios tiene la habilidad de transformar la peor experiencia en una gran bendición. Ten presente que para promocionarnos a un nuevo nivel espiritual Dios puede usar una bendición como una adversidad. “… Persigue… la vida sujeta a Dios, junto con la fe…”, 1ª Timoteo 6:11 (NTV). Es probable que hayas orado mucho tiempo y no hayas recibido. Es probable que tu fe haya sido fuertemente probada. Hasta es posible que te hayas tentado a desistir. ¡Espera! ¡Soporta!, pues fiel es el que prometió. “Manténganse firmes… y sean fuertes en su fe”, 1ª Pedro 5:9 (NTV). “Confíen en el Señor... él les ayudará”, Salmo 27:14 (PDT). “Si en verdad confían en mí, manténganse en calma y quedarán a salvo…”, Isaías 30:15 (TLA). Ten por seguro que la espera es solo una preparación para la bendición que viene: ¡Si tan sólo supieras el regalo que Dios tiene para ti!, Juan 4:10 (NTV).
Advierte un detalle. Dios espera que seamos “... imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas”, Hebreos 6:12. Moisés apeló a este recurso para lograr que el pueblo obedeciera. Él hacía alusión permanente a “el Dios de sus antepasados”. Moisés les recordaba que tuvieran fe en quien sacó con mano poderosa a Israel de Egipto y lo condujo sano y salvo durante cuarenta años en el desierto. Ese mismo Dios los acompañaría en la tierra prometida: “¡Miren! El SEÑOR ha puesto esta tierra delante de ustedes. Vayan y tomen posesión de ella como les dijo el SEÑOR en su promesa, el Dios de sus antepasados. ¡No tengan miedo ni se desanimen!”, Deuteronomio 1:21 (NTV). Es como si les dijera: “ustedes no pueden olvidar de dónde vienen”. Y nosotros no debemos olvidar que poseemos una genealogía espiritual muy poderosa. Entre nuestros antepasados espirituales está Moisés, capaz de liberar a más de dos millones de personas ‘solo’ con una vara. David cuya confianza en el Señor le permitió derrotar a Goliat y ganar una guerra ‘solo’ con una gomera. Elías quien fue capaz de hacer volver a toda una nación de la idolatría. Y qué decir de los primeros apóstoles. Nunca empuñaron un arma, sin embargo el sanedrín, los líderes religiosos y los reyes temblaban ante la autoridad que había en ellos. Estos ‘veteranos de guerra’ sabían cómo enfrentar sus batallas. La primitiva iglesia avanzó y se extendió utilizando solo recursos espirituales como la oración, el ayuno, la adoración y la FE. De ahí venimos. Esa es nuestra estirpe. Ese es nuestro ADN. ¿Por qué entonces nos desinflamos tan fácilmente? ¿Por qué nos atemorizamos cuando el enemigo nos muestra sus dientes? ¿Por qué nos rendimos ante los pronósticos desalentadores? El Dios de Moisés, David, Elías, Pablo y Pedro también es nuestro Dios y estará con nosotros de la misma manera que estuvo con ellos. ¡Solo debemos confiar en Él!
La presente crisis no es tu final y tampoco durará para siempre. Quizás estés pasando un tiempo de pruebas y dificultades como nunca antes. Quizás estés en medio de una situación donde no hay esperanza, donde los problemas están más allá de tu capacidad para resolverlos. Quizás no ves futuro, tu fe está débil y lo único en que piensas es en huir. Probablemente creas que éste sea tu destino, pero deja que Dios tome el control. Puede que tu vida esté colgando de un hilo pero si continúas aferrado a Dios por medio de la fe Dios actuará. Recuerda que el tiempo más oscuro es el que precede a la aurora del día y que detrás de una gran tormenta siempre hay un sol brillante. Con toda probabilidad estés a las puertas de una gran bendición. Solo ten fe.