El poder de las armas celestiales 19/9/2021 #1162
Episode 173, Sep 20, 2021, 11:59 AM
Pastor José Luis Cinalli
19/9/2021
El poder de las armas celestiales
Las armas espirituales son más poderosas que las humanas. Cualquier batalla se puede ganar si prevalecemos en el mundo del Espíritu. Veamos un ejemplo bíblico. Cuando Siria le declaró la guerra al rey Josafat, su ejército no tenía ninguna oportunidad de ganar la batalla pero lo hicieron. ¿Por qué? Porque su líder decidió pelear con las ‘invencibles armas’ de la oración y el ayuno: “…Ordenó a todos… que ayunaran… y la gente… se reunió para pedir ayuda al Señor…”, 2º Crónicas 20:3-4 (NTV y DHH). Cuando los israelitas oraron y ayunaron puestos de acuerdo, Dios los ayudó peleando por ellos: “Ustedes ni siquiera tendrán que luchar… quédense quietos y observen la victoria del SEÑOR…”, 2º Crónicas 20:17 (NTV). ¿Quién ganó la batalla? ¿Los que confiaron en su armamento militar o los que pelearon con armas celestiales? ¿Te das cuenta? El poder que se desprende de las armas espirituales es superior al poder de las armas naturales. Piensa ahora en esas batallas imposibles en tu vida: un matrimonio en crisis, una economía hundida, un hijo en las drogas o el ministerio que no despega. Seguramente lo probaste todo y nada te dio resultado. El secreto está en cambiar de armamento. ¡Las batallas imposibles se ganan con armas celestiales!
Veamos otro ejemplo bíblico de la supremacía del poder espiritual. Cuando se cumplió el tiempo establecido por Dios para la liberación de Israel, el rey Ciro permitió que los israelitas volvieran a su tierra para reedificar la ciudad de Jerusalén. Esdras estaba al frente de un grupo grande de exiliados. El viaje era peligroso. Las rutas estaban infestadas de ladrones y asesinos. No solo había mujeres y niños sino que además transportaban las copas sagradas para el nuevo templo, valuadas en miles de dólares. Esdras se sentía avergonzado de pedirle protección militar al rey porque ya le había dicho que Dios era su proveedor y protector. Entonces apeló a recursos puramente espirituales: “Di órdenes de que todos ayunáramos… Así que ayunamos y oramos intensamente para que nuestro Dios nos cuidara, y él oyó nuestra oración”, Esdras 8:21-23 (NTV). ¡La victoria se logra primero en el mundo espiritual y luego se materializa en el mundo natural!
¿Necesitas más evidencias escriturales? Vayamos al libro de Ester. Israel sufría la peor crisis de su historia. El rey persa había promulgado un edicto decretando el exterminio de todos los judíos, planificado para determinado día. ¿Qué recursos podrían utilizarse para revertir una situación tan extrema como esa? Buscar el apoyo de organismos internacionales o lograr una repulsa pública a través de los medios de comunicación sería una buena idea. Pero nada de eso existía en aquel tiempo. Además, los israelitas eran esclavos y ni siquiera podían levantarse en armas. Como verás, para Israel era una batalla imposible de ganar mediante recursos humanos. Ester se dio cuenta que la lucha era puramente espiritual y decidió utilizar armas espirituales. ¿Cómo lo supo? Porque Amán, el instrumento que el diablo usó para presionar al rey a promulgar el edicto de destrucción, era brujo. La Biblia dice que utilizó ‘la suerte’ para elegir el día del exterminio: “Amán, el enemigo de los judíos, había ideado un plan para acabar con ellos, y echó suertes para saber cuándo matarlos y destruirlos.”, Ester 9:24 (TLA). ¿Lo ves? Satanás retó a Dios a un duelo a muerte. ¡Hasta el diablo es estúpido algunas veces! Una consideración final. Dios ayudó a los israelitas después de que ellos oraron y ayunaron. La lección es muy clara: ¡Dios hace su parte cuando nosotros hacemos la nuestra!
Pongamos ahora la lupa en la congregación local de la ciudad de Antioquía. Sus cinco líderes principales oraban y ayunaban: “… Bernabé, Simón… Lucio… Manaén… y Saulo… servían al Señor y ayunaban siempre, el Espíritu Santo dijo: “Apártenme a Bernabé y a Saulo, porque los he llamado para un importante trabajo”. Y así, después de que todos ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los despidieron”, Hechos 13:1-3 (RVC). ¿Qué hacían los líderes de la iglesia en Antioquía? Servían al Señor orando y ayunando juntos. ¡El ministerio al Señor es anterior al ministerio a los hombres! A menudo los líderes olvidan este principio básico y dedican todo su esfuerzo a servir al hombre, sin haber estado con Dios antes. El poder que el líder necesita para servir solo puede ser hallado en el lugar secreto. Advierte otro detalle importante. Dios reveló sus planes para la iglesia y para dos de sus líderes en medio de un ayuno congregacional. Y lo mismo podría suceder contigo. Mientras oras y ayunas congregacionalmente Dios te revelará sus planes para tu vida, trabajo, familia y ministerio. Advierte un dato significativo más. Bernabé y Pablo formaban parte del liderazgo de una iglesia local. Eran profetas y maestros. Pero a partir de un ayuno congregacional fueron promovidos por Dios y ahora serán reconocidos como apóstoles, Hechos 14:4, 14. Por lo tanto, el ministerio apostólico de Pablo y Bernabé nació como resultado de la oración y el ayuno congregacional. ¿Es bíblico el modelo tan popular de hoy en día de comenzar ministerios sin la cobertura espiritual de una iglesia enviadora? Aún más. Pablo y Bernabé replicaron el modelo y nunca fundaron una iglesia o ungieron un líder sin antes haber consultado a Dios mediante la oración y el ayuno: “Pablo y Bernabé también nombraron ancianos en cada iglesia. Con oración y ayuno, encomendaron a los ancianos al cuidado del Señor, en quien habían puesto su confianza”, Hechos 14:23 (NTV). ¿Cómo es posible que los cristianos de hoy en día y, especialmente los líderes, desprecien esta herramienta poderosa?
Piensa y responde: ¿cuál fue el común denominador en las historias de Josafat, Esdras, Ester, Pablo y Bernabé? Que todos eran líderes y que todos ganaron batallas imposibles utilizando las armas celestiales de la oración y el ayuno. Dios llamó a todos a practicar el ayuno, pero especialmente a los líderes. Y ese llamado debe tener una preeminencia absoluta: “Vístanse de luto sacerdotes, lloren amargamente… Vengan… y pasen la noche en luto… Organicen un día de ayuno. Convoquen a una reunión… en el templo… y hagan oración al Señor”, Joel 1:13-14 (PDT). Es imposible esperar un movimiento espiritual de renovación si los líderes no son los primeros en comprometerse con las disciplinas espirituales de la oración y el ayuno. Los líderes son la clave o el clavo en la llegada del avivamiento. Existe un detalle más en la historia de estos grandes líderes: todos valoraron y practicaron el ayuno colectivo. Incluso el mismo Jesús lo hizo. ¿Recuerdas el incidente donde Jesús le dio de comer a una inmensa multitud de personas? Jesús los hizo ayunar tres días: “... Me da lástima de esta gente, pues ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino”, Mateo 15:32 (MN). No es casual que Jesús haya esperado tres días para darles de comer. Podría haber multiplicado los panes mucho antes. Y, ¿por qué no lo hizo? La respuesta se encuentra en Isaías 58, donde Dios establece claramente que el ayuno es la condición para “desatar las ligaduras de maldad, soltar las cargas de opresión y dejar ir libres a los quebrantados y que se rompa todo yugo”, Isaías 58:6 (BTX3). El ayuno era una estrategia espiritual para la sanidad integral de las personas que venían a verlo. Después de aquel ayuno de tres días las personas volvieron a sus hogares totalmente sanadas, tal como Dios lo había prometido a quienes ayunaran: “… Sus heridas sanarán con rapidez…”, Isaías 58:8 (NTV).
Josafat, Esdras, Ester, Pablo, Bernabé y Jesús. Todos nos dejaron un ejemplo único. El que quiera ganar batallas imposibles deberá prevalecer en el mundo espiritual y luchar con armas celestes. ¿Qué haremos nosotros? ¿Con qué armas lucharemos para deshacernos de las tinieblas que cubren nuestra familia o nación? ¿Aprenderemos realmente la lección o seguiremos luchando con armas carnales? Hacer manifestaciones, levantar firmas o marcar encuentros con las autoridades no es la solución. Con esas armas no venceremos. Es hora de despertar y usar las mismas armas que aquellos héroes de la fe emplearon un día para ganar sus batallas. Y lo estamos intentando. Bajo la guía del Espíritu Santo nos hemos purificado mediante un ayuno prolongado de humillación y arrepentimiento. Fijamos una fecha clave y nos trasladamos al extremo norte del país y, desde el lugar más alto, levantamos un altar de adoración a Dios. En un acto espiritual y profético declaramos que la nación cambia de dios. Abandonamos la idolatría y adoptamos al único Dios verdadero como Dios de toda la nación, Salmo 24:1 y 33:12. Basados en Deuteronomio 28:1 y 2º Crónicas 20:20 proclamamos a Dios emblema y baluarte de nuestro país. Fundamentados en 2º Samuel 23:3 declaramos que nuestros gobernantes serán justos y temerosos de Dios. Proclamamos que en Argentina la iglesia gozará de libertad para adorar y proclamar públicamente y sin impedimentos Su gloriosa Palabra. Declaramos que la iglesia del Señor Jesús se levanta poderosa en el Espíritu para obedecer y depender en todo solo de Él. Profetizamos tiempos de avivamiento espiritual en los que habrá vidas transformadas por el poder de Dios. Proclamamos que veremos en cada cristiano una vida de intimidad y servicio a Dios. Finalmente, proferimos con nuestros labios alabanzas al Señor declarando que en todo lugar Dios siempre será honrado, amado, valorado y predicado.