Por qué cometemos los mismos errores 6/2/2022 #1182
Episode 193, Feb 08, 2022, 07:47 PM
Pastor José Luis Cinalli
6/2/2022
Por qué cometemos los mismos errores
“Faraón le dijo a Jacob: ¿cuántos años tienes?... Jacob respondió…: “Pocos y malos… pocos e infelices… pocos y desgraciados han sido los años de mi vida…”, Génesis 47:8-9 (LBLA, MN, BLPH).
Jacob expresó haber tenido una vida corta y llena de problemas. Y era verdad. Sufrió mucho, pero la mayoría de las veces innecesariamente. Su desdichada vida comenzó el día en que engañó a su padre, robándole la primogenitura a su hermano. Desde entonces Jacob nunca fue feliz. Su hermano lo odió al punto de querer matarlo, su madre nunca más volvió a verlo y, anduvo como fugitivo lejos de su familia por muchos años. Imagina lo que debe haber sufrido ‘el niño mimado’ de Rebeca. El hijo del hombre más poderoso y rico de la región comiendo insectos y durmiendo sobre piedras en las congeladas noches del desierto. Además, se convertiría en esclavo trabajando gratis en la casa de su tío por catorce largos años. Como si fuera poco, desafiando las leyes de Dios, terminó casándose con cuatro mujeres. Las consecuencias negativas por tales decisiones resultan imposibles de calcular. Con razón sus días fueron “pocos y malos”.
Jacob sufría por desobediente. La Biblia dice: “Tropiezan porque son desobedientes”, 1ª Pedro 2:8 (LBLA). El encuentro que Jacob tuvo con Dios en Betel no fue suficiente para quebrantarlo y transformarlo en una persona sumisa, Génesis 28. Jacob era un hombre confiado en sí mismo y apoyado en sus propias fuerzas. Nunca incluyó a Dios en sus asuntos y esa fue la razón de sus tantos sufrimientos: “Hay gente insensata que arruina su vida ella misma, pero luego le echa la culpa a Dios”, Proverbios 19:3 (PDT). Como si fuera poco, Jacob agregó a su lista de malas decisiones una más: la preferencia por sus hijos menores: “Jacob amaba a José más que a sus otros hijos…”, Génesis 37:3 (NTV). Benjamín también era su debilidad. Lo dejó bien en claro el día en que no le permitió ir a Egipto con sus hermanos “porque tenía miedo de que le sucediera alguna desgracia…”, Génesis 42:5 (TLA).
Cuando el gobernador de Egipto exigió a Benjamín como prueba de garantía para seguir negociando “Jacob dijo: —mi hijo Benjamín no va a ir… Si algo malo le llegara a pasar… harán que este pobre viejo se muera de tristeza”, Génesis 42:38 (PDT); Génesis 44:20-21. Cuando finalmente permitió que fuera Jacob dijo: “Que el Dios Todopoderoso permita que ese hombre sea bueno… y los deje regresar… con Benjamín. De lo contrario me invadirá la tristeza por haber perdido a mi hijo”, Génesis 43:14 (PDT). ¿Lo ves? Jacob “idolatraba” a Benjamín: “…Tan apegado está a este muchacho que su vida depende de que él viva…”, Génesis 44:30 (TLA). ¿Por qué razón Jacob amaba solo a José y Benjamín? ¿Por qué despreciaba a los otros? Quizás porque nacieron de mujeres que no amaba. Y si fuera esa la razón, ¿qué culpa tenían ellos de que él haya decidido casarse con tantas mujeres, desafiando abiertamente las leyes de Dios? Jacob sufrió mucho por desobediente y, como consecuencia sus días fueron “pocos e infelices”.
El pecado trae consigo dolor: “Los ojos del Señor se fijan en los justos y sus oídos atienden a sus ruegos; pero el Señor hace frente a los que practican el mal”, 1ª Pedro 3:12 (NBE). Jacob podría haber evitado muchas desgracias si tan solo hubiera buscado consejo en Dios y seguido sus instrucciones: “La necedad del hombre le hace perder el camino”, Proverbios 19:3 (DHH). Pero Jacob no era un hombre dócil. No era espiritual ni celestial. Nunca se lo ve orando o consultando a Dios. El ejemplo de fe de su abuelo Abraham, y el de su padre Isaac, que salía a caminar con Dios por las tardes, no significaron nada para él. Jacob era un hombre terrenal, orgulloso, testarudo; en fin, un hombre carnal, gobernado por el “yo”. Con razón los días de Jacob fueron “pocos y desgraciados”.
¿Qué errores cometió Jacob que nosotros deberíamos evitar?
1) Hacer diferencia entre los hijos. Jacob tuvo doce hijos, pero sus preferidos eran José y Benjamín. Ese favoritismo estropeó la relación entre los hermanos causando malestar y resentimiento. Jacob repitió el mismo error de sus padres: “Isaac amaba a Esaú… pero Rebeca amaba a Jacob”, Génesis 25:28 (NTV). Jacob nunca se sintió amado por su padre, por lo tanto buscó aceptación en las cosas. Se aprovechó de su hermano y obtuvo su primogenitura. Luego engañó a su padre quedándose con su bendición. Pero nada de eso lograba hacerlo feliz. Luego se obsesionó con una mujer, Raquel. Y la tuvo, pero las cosas seguían sin fluir; entonces pensó que si se convertía en un exitoso ganadero sería reconocido y obtendría el aplauso del hombre. Jacob obtuvo todo lo que quiso, pero nunca disfrutó de lo que tenía y se pasó la vida huyendo y buscando valoración fuera de Dios. Jacob debería haber roto con esa maldición generacional. Pero no lo hizo. Cometió el mismo error de sus padres mostrando preferencia por algunos de sus hijos y, por supuesto, con las mismas consecuencias. Rompe con toda herencia generacional de maldad y abre un futuro esplendoroso en la vida de tus hijos amándolos por igual. Si “Dios no tiene (hijos) favoritos” (Romanos 2:11, TLA) ¡tú tampoco deberías tenerlos!
2) No buscar el consejo divino. No es culpa de Dios si sufrimos por decisiones que tomamos sin consultarlo. Jacob se casó con cuatro mujeres, contrariando la voluntad de Dios. Y, ¿cuál fue el resultado? La infelicidad. “La felicidad no es para el malo… porque no muestran reverencia a Dios”, Eclesiastés 8:13 (BLA, DHH); Isaías 3:11. Pensemos en otros ejemplos bíblicos. La decisión de alejarse de Abraham y vivir en Sodoma le ocasionó grandes pérdidas a Lot, incluyendo su fortuna y su esposa, Génesis 19. El desprecio por las riquezas espirituales hizo que Esaú perdiera el derecho de hijo mayor, Génesis 25:33. La decisión de poseer la mujer que no debía hizo que David y su familia sufrieran las consecuencias, 2ª Samuel 11. Por donde lo mires, ¡el pecado es el peor negocio de la vida!
3) Idolatrar a los hijos. “Los hijos son un regalo del SEÑOR”, Salmo 127:3 (NTV). Pero la bendición nunca debe alejarnos del bendecidor. Jesús dijo: “… El que ame… a hijo o a hija más que a mí no es digno de estar conmigo en el reino de los cielos”, Mateo 10:37 (MH-DuTillet). Por un tiempo Jacob se olvidó que Dios lo había llamado para ser padre de naciones y se convirtió en padre solo de José y Benjamín. Advierte un detalle no menor. Cuanto más apegado estaba a sus hijos menores, más lejos los tenía. Pero cuando estableció el orden de prioridades correctamente volvió a tenerlos junto a él. Pon a Dios en el primer lugar de tu vida y tu familia será bendecida. ¿Cómo sabemos que Jacob definitivamente amó a Dios por encima de sus hijos? Por la decisión que tomó el día en que José lo mandó a llamar desde Egipto. El viejo Jacob, dominado y gobernado por el “yo” hubiera salido corriendo detrás del objeto de su amor. Pero el nuevo Jacob, sumiso y obediente, no quiso hacerlo sin saber cuál era la voluntad de Dios. No dio un solo paso en dirección a Egipto sin antes consultar a Dios. Jacob estaba decidido a agradar al Señor, cualquiera sea su voluntad. Por eso dijo: “Y si yo tengo que verme privado de mis hijos, pues que así sea”, Génesis 43:14 (BLPH). Jacob recordó que su abuelo Abraham había sufrido grandes dolores de cabeza cuando descendió a Egipto sin la dirección del Señor. Aunque un poco tarde, Jacob aprendería de los errores de sus antepasados: es mejor consultar a Dios que sufrir luego innecesariamente. Y, ¿cuál fue la respuesta del Señor? “No tengas temor de descender a Egipto, porque allí haré de tu familia una gran nación… Entonces Jacob salió… y sus hijos lo llevaron a Egipto…”, Génesis 46:3-5 (NTV). Jacob terminó sus días en absoluta dependencia del Señor. Dios le permitió ir al encuentro de su amado hijo José en Egipto, y por ello fue enormemente bendecido. Consultemos a Dios antes de tomar decisiones importantes en la vida. Aprendamos a esperar en Dios y nos evitaremos muchos sufrimientos.
En la postrimería de la vida Jacob aprendió que dependiendo de Dios se sufre menos. La pregunta es: ¿aprenderemos nosotros antes de que sea demasiado tarde? El día en que Jacob consultó finalmente a Dios recibió revelación y supo el camino que debía tomar. Y todo le salió bien. Y así de bien te saldrán las cosas si sigues su ejemplo y buscas la dirección del Señor en todos los aspectos de la vida. Y lo sabemos porque “desde que el mundo es mundo, jamás nadie ha entendido, ni ninguna oreja ha oído, ni ha visto ojo alguno, sino solo tú, ¡oh Dios!, las cosas que tienes preparadas para aquellos que te están aguardando”, Isaías 64:4 (ORO).