Cuando las bendiciones de Dios llegan de repente 13/03/22 #1187
Episode 198, Mar 13, 2022, 10:36 PM
Pastor José Luis Cinalli
13/03/22
Cuando las bendiciones de Dios llegan de repente
“De repente vino del cielo... y fueron todos llenos del Espíritu Santo”, Hechos 2:2-4.
¡Dios tiene bendiciones inesperadas! De un momento para otro, el Señor tuerce el curso de los acontecimientos y lo que esperaste por años llega repentinamente. Mientras tú honras a Dios, de repente, algo bueno sucede: un ascenso, una idea creativa, un aumento en tus ingresos, una revelación del cielo, un principio espiritual que cambia tu futuro y el de tu familia. No lo ves venir, pero llega y comienzas a disfrutar de un nuevo tiempo. Son las bendiciones que Dios envía ‘de repente’.
Sí, de un momento para otro el Señor puede cambiar todo a tu favor. Sí, de repente tu salud mejora, tu deuda es saldada, tu ministerio crece y tus hijos retornan al camino del Señor. Aquello que debía haber tomado años sucede en apenas unos días. “De repente... fueron todos llenos del Espíritu Santo”. La promesa del Padre vino de repente. Así, inesperadamente llegarán las bendiciones de Dios a tu vida. Los discípulos pudieron haber creído que la promesa de Jesús jamás se cumpliría, pero Dios nunca llega tarde. De repente te encuentras con tu oportunidad y ese anhelo profundo se hace realidad. De repente las puertas se abren, las tormentas se disipan, avanzas sobrenaturalmente y vives tu mejor año. De repente conoces la persona de tu vida, tus finanzas prosperan y todas las cosas mejoran. De repente las personas correctas se cruzan por tu camino y las bendiciones salen a tu encuentro.
¡Prepárate! Empieza por creer que estás a punto de entrar en una nueva dimensión de fe donde los ‘no’ se convierten en ‘sí’, los sueños se transforman en realidad y las promesas tienen su cabal y absoluto cumplimiento. Puede que no lo veas, pero eso no significa que Dios no lo esté haciendo en este preciso momento. La extravagante y generosa bendición del cielo puede estar llegando a tu vida. No olvides que si te acercas a Dios, su grandeza, su favor y sus inagotables riquezas se harán patentes en tu vida.
Veamos la historia contenida en Génesis 48. El patriara Jacob estaba enfermo y a punto de morir. José y sus dos hijos, Manasés y Efraín, van a visitarlo. José era su hijo favorito. Durante un tiempo su padre lo creyó muerto y padeció la agonía de un luto prolongado. Después de muchos años supo que Dios lo había preservado y que vivía en el extranjero. Cuando volvieron a reunirse, José llevó a sus dos hijos para que Jacob pudiera conocerlos. Entonces Jacob dijo: “Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés... míos son”, Génesis 48:5. Jacob bendeciría a sus nietos como si fueran sus propios hijos.
Lo que viene a continuación sorprende. José colocó a sus hijos delante del patriarca de tal modo que la mano derecha de Jacob pudiera bendecir al primogénito; es decir a Manasés, el mayor. Según la costumbre, el primogénito recibía mayor bendición. Siempre se había hecho así. Sin embargo, Jacob cruzó los brazos y puso su mano derecha sobre la cabeza del hijo menor con la intención de bendecirlo: “Sin embargo, Jacob cruzó los brazos y puso su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda la puso sobre la cabeza de Manasés, a pesar de que este era el mayor”, Génesis 48:14 (TLA).
Pero “José se molestó cuando vio que su padre puso la mano derecha sobre la cabeza de Efraín. Entonces José se la levantó para pasarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. —No, padre mío —le dijo—. Este es el hijo mayor; pon tu mano derecha sobre su cabeza. Pero su padre se negó a hacerlo. —Ya lo sé, hijo mío, lo sé —respondió él—. Manasés también llegará a ser un gran pueblo, pero su hermano menor será aún más grande y de su descendencia se formarán una multitud de naciones... De esta manera, Jacob puso a Efraín antes de Manasés”, Génesis 48:17-20 (NTV). José creía que Manasés tenía el derecho de recibir mayor bendición; pero Jacob, aunque viejo y casi ciego, poseía una visión espiritual de largo alcance. El patriarca bendijo a su nieto menor a propósito, aunque no era la costumbre en ese tiempo.
Jacob cruzó sus manos adrede porque, aunque Efraín había llegado a este mundo en segundo lugar, Dios lo distinguió. Tal vez no lo merecía o no estaba calificado, pero ahora, por la palabra profética es colocado en una nueva posición. Fue llevado desde atrás hacia adelante. Obtuvo lo que no merecía.
Así es nuestro Dios. Él podría posicionarte en sitios de privilegio para que seas una influencia positiva. Quizás no lo hayas ganado, no estés calificado y no seas candidato natural para recibir esas distinciones. Dios, al igual que hizo Jacob con Efraín, podría cruzar sus manos y moverte al primer lugar siempre con la intención de que seas una bendición en ese lugar y lo representes a Él de la mejor manera. Ten presente que a mayor privilegio, mayor responsabilidad. Y nunca olvides que fue Dios quién lo hizo para que Su nombre sea engrandecido a través de ti. Cualquier cosa buena puede sucederte mientras tú amas, obedeces y sirves a Dios. No te asombres. Dios tiene bendiciones inesperadas, sanidades inesperadas y promociones no merecidas.
Pero, ¡cuidado! Cuando tú recibes lo que no mereces habrá personas que se molestarán por tus bendiciones. Esas personas creerán que se está cometiendo una injusticia y tratarán de detenerte, descalificarte y hacerte perder tu promoción. Al igual que José, se disgustarán creyendo que ellas son las elegidas para recibir lo que tú estás recibiendo. Pero se trata de la soberanía de Dios. Lo único que tienes que hacer es inclinarte y esperar que la mano del Dios Todopoderoso te toque y su favor te alcance. Sé humilde y reconoce a Dios como el promotor de tus bendiciones.
Dios cruzará sus manos y te bendecirá dándote lo que tú no podrías haber alcanzado en toda tu vida. Dios te bendecirá a propósito. Y no te olvides de agradecer obedeciéndolo a Dios y engrandeciendo su nombre en las naciones. Dios te moverá a una nueva posición espiritual y hará que alcances los sueños más rápidamente de lo que imaginas. ¡Así es nuestro Dios! Créelo y recíbelo.
Levántate cada mañana con una mentalidad de fe que te permita experimentar el favor de Dios. David decía: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida”, Salmo 23:6. Comienza cada día con una actitud de bendecido. Honra a Dios confiando en su bondad.
Tú tienes que creer que vas a prosperar, que crecerás en el conocimiento de Dios y que sus propósitos para tu vida se cumplirán. Jesús dijo: “Según tu fe te sea hecho”. No puedes subir un nivel con tu vetusta y obsoleta manera de pensar. Alguien dijo una vez que, de tanto en tanto, es saludable sacar nuestros pensamientos afuera y zapatear sobre ellos.
¡Abandona la mentalidad de víctima y de sobrevivencia! Abandona la actitud de escasez y mediocridad. Extiéndete al futuro con ganas. Toma lo bueno que Dios quiere darte. ¿Quién ha dicho que no puedes eximirte en esa materia? ¿Quién dijo que no superarás ese problema? ¿Quién afirma que no cumplirás el sueño que el Señor puso en tu corazón?
Dios tiene preparado para ti cosas más grandes y excelsas de las que te imaginas. ¡Simplemente debes creerlo! ¡Honra al Señor y deja que Él se encargue del resto!