La oración que Dios contesta 22/5/2022 #1197
Episode 208, May 22, 2022, 08:46 PM
Pastor José Luis Cinalli
22/5/2022
22/5/2022
La oración que Dios contesta
“Si dos de ustedes se ponen de acuerdo… acerca de algo que quieran pedir en oración, mi Padre… se lo concederá…”, Mateo 18:19 (NT-BAD).
¡Creyentes reunidos, unidos orando con perseverancia siempre da como resultado la llenura del Espíritu Santo! Dios dijo: “… Convoquen a una reunión de los… líderes y de todos los habitantes del país, en el templo del Señor… y hagan oración al Señor”, Joel 1:14 (PDT). Si obedecían, Dios aseguró: “… Derramaré mi Espíritu…”, Joel 2:28 (NTV). La misma promesa se encuentra en el Nuevo Testamento. Cuando los creyentes se reunieron para orar en unidad Dios los bautizó con el Espíritu Santo: “Todos los creyentes… reunidos… fueron llenos del Espíritu Santo…”, Hechos 2:1-4 (NTV). Desde entonces nunca ha habido un despertar espiritual que no haya comenzado con creyentes reunidos, unidos orando. Y ni uno solo de esos poderosos avivamientos continuó después que las reuniones de oración declinaron. ¡Los grandes movimientos del Espíritu nacen en oración, avanzan en oración y se sostienen en oración!
¡La postración para buscar a Dios en agonizante oración colectiva siempre desata extraordinarias bendiciones! Cuando el rey Josafat supo que le habían declarado la guerra convocó a toda la nación para orar: “Toda la gente… se reunió para invocar al Señor y pedirle su auxilio”, 2ª Crónicas 20:4 (BDA 2010). Y, entonces, Dios peleó por ellos: “Ustedes no tendrán necesidad de luchar… la victoria la da el Señor”, 2º Crónicas 20:17 (BDA 2010). Luego de la ejecución del juicio de Dios sobre la casa de Elí, los filisteos le declararon nuevamente la guerra a Israel. Sin posibilidad alguna de ganar la batalla apelaron al profeta Samuel quien les ordenó reunirse para orar y arrepentirse de sus pecados. Cuando obedecieron, Samuel clamó: “Dios escuchó… y… los filisteos… salieron corriendo”, 1º Samuel 7:10 (TLA). Antes de que los desterrados emprendieran el viaje de regreso a Jerusalén Esdras ordenó que todos se reunieran para orar: “Oramos intensamente para que… Dios nos cuidara, y él oyó nuestra oración”, Esdras 8:23 (NTV). Cuando los benjaminitas se pervirtieron, Israel recurrió a la oración y al ayuno colectivo: “… Todo el pueblo… fue a la casa de Dios. Lloraron, se sentaron allí en presencia de Jehová, ayunaron… y ofrecieron… ofrendas…”, Jueces 20:26 (Junemann). ¿Y qué sucedió? “El Señor les dio… la victoria”, Jueces 20:35 (DHH). Las batallas imposibles se ganan con oración, ¡oración colectiva!
Vayamos al Nuevo Testamento. Los creyentes de aquella primera iglesia agonizaron en oración en el aposento alto y Dios se manifestó con lenguas de fuego. Todos fueron llenos del poder del Espíritu Santo y multitudes enteras se convirtieron a Dios. Después que Pedro predicó en Lida: “Todos los habitantes... se convirtieron al Señor”, Hechos 9:35 (NTV). Trabajar unidos en oración es esencial. Los que oran juntos tienen que estar puestos de acuerdo si quieren que Dios conteste sus oraciones: “Si dos de ustedes se ponen de acuerdo… acerca de algo que quieran pedir en oración, mi Padre… se lo concederá…”, Mateo 18:19 (NT-BAD). “Si dos de ustedes”, es decir la combinación más pequeña posible y por ende cualquier otra combinación está incluida, “se ponen de acuerdo”, Dios responderá. Nota la diferencia: dos creyentes pueden orar por la misma cosa y hasta emplear las mismas palabras, pero no estar en perfecto acuerdo. En este caso no habrá respuesta. Debe existir armonía de espíritu para que la oración sea escuchada y contestada por Dios. Es la oración en unidad la que alcanza el oído de Dios, deleita su corazón y hace mover su mano para otorgar la bendición deseada. Encontramos un ejemplo bíblico en Hechos 15. Había tal desacuerdo entre los hermanos reunidos acerca de la circuncisión de los conversos gentiles que todos tenían opiniones diferentes hasta que “estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón”, 2º Crónicas 30:12. Fue así que la asamblea llegó a “un acuerdo unánime”, Hechos 15:25 (NTV). Aquí tenemos el secreto de la oración que prevalece. El desacuerdo al inicio puede ser inevitable, pero cuando las personas buscan fervientemente la voluntad de Dios y sus corazones están abiertos a la influencia del Espíritu Santo, Dios produce unidad espiritual que hace efectivas las oraciones. El salmista dijo: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!... Allí envía Jehová bendición, y vida eterna”, Salmo 133. ¿Dónde envía el Señor bendición? Donde los hermanos habitan juntos en armonía. ¡Qué poder tan maravilloso ha puesto Dios en las manos de su pueblo! Con todo esto, ¡cuán poco es usado y cuán poco es probado!
El sabio Salomón dijo: “Más valen dos que uno, pues trabajando unidos les va mejor a ambos. Si uno cae, el otro lo levanta. En cambio, al que está solo le va muy mal cuando cae porque no hay quien lo ayude… Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es fácil derrotarlas”, Eclesiastés 4:9-12 (PDT y TLA). Cuando se trata del peligro de tropezar, enfriarse o ser superado por el enemigo “dos son mejor que uno”. Ese fue el mismo principio que enseñó Jesús cuando envió a sus discípulos (Marcos 6:7) y luego a los setenta (Lucas 10:1) de “dos en dos”. Cuando envió por la burra y el burrito (Mateo 21:2) y pidió preparar la pascua en el aposento alto (Marcos 14:13) envió a dos discípulos. El mismo principio se siguió cuando el Espíritu Santo envió a Pablo y a Bernabé a la obra misionera, Hechos 13:2. Cuando la sociedad se deshizo, ellos continuaron practicando el mismo principio: “… Bernabé tomó a Juan Marcos consigo y… Pablo escogió a Silas…”, Hechos 15:39-40 (NTV). Parece que hubo pocos predicadores individuales entre los primeros cristianos, si es que hubo alguno. El poderoso ministerio de aquellos hombres que “trastornaron el mundo” se caracterizó por el trabajo en equipo. ¿Lo ves? ¡La oración en unidad produce resultados asombrosos!
En 1727 comenzó el gran avivamiento moravo. Y, ¿cómo nació? En oración. Varios creyentes se repartieron las 24 horas del día los 7 días de la semana para que la voz de la oración no fuera silenciada jamás, inspirados en Levítico 6:13: “El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará”. Allí nació el movimiento de oración 24/7 llamado “al paso del reloj” que continuó sin cesar por más de 100 años. Desde ese cuarto de oración más de 200 misioneros salieron por el mundo llevando el mensaje de salvación. Miles de personas alrededor del mundo fueron sumergidas en el amor de Dios por medio del diluvio de gracia que fluía sin cesar. El gran secreto de los Moravos fue unir la oración con la proclamación de la Palabra; el aposento alto con la gran comisión. La misma estrategia fue utilizada en el avivamiento de Gales. Su lema era: ¡doblar la iglesia y salvar a las personas! Como verás, ¡existe una fuerte relación entre la oración continua de la iglesia y el avivamiento!
Recordemos ahora los avivamientos bajo el ministerio de Charles Finney en el siglo XIX. Este poderoso avivador estaba convencido de que el avivamiento no llega si los creyentes no son conmovidos a orar. ¿Sabes cómo se inició el movimiento del Espíritu en Nueva York en 1857? En una reunión de oración semanal que un hombre de negocios organizaba a la hora del almuerzo. La primera reunión estuvo solo. La siguiente semana tenía cinco y luego veinte, hasta que finalmente decidieron reunirse diariamente. En pocas semanas miles de empresarios se reunían al medio día solo para orar. En 1859 se inició el avivamiento de Irlanda del Norte con un joven inquieto por su condición espiritual. Luego de semanas de oración agonizante, encontró a Cristo y empezó a conducir a otras personas al Señor. Los convertidos empezaron a reunirse semanalmente para orar y la gente comenzó a convertirse. Y, ¿cómo nació el avivamiento en la India (1860-1865)? Con la oración colectiva. Un pastor impulsó a su congregación a dedicarse a la oración para experimentar un derramamiento de parte del Señor. Como respuesta, un fluir poderoso del Espíritu se inició y la Palabra fue predicada en toda la región. ¿Y cómo nació el famoso avivamiento de Gales en 1904? En reuniones de oraciones que los pastores locales organizaron para buscar una experiencia más profunda con Dios. ¿Y cómo nació el gran avivamiento de Lewis (1949-1953)? Con la reunión de oración del consejo pastoral de la isla. Emitieron una proclamación para que todos los creyentes se arrepintieran y se volvieran a Dios. Varias personas de una parroquia local aceptaron el desafío, en particular dos mujeres ancianas que se dedicaron a la oración. Cuando Duncan Campbel llegó en 1949 el terreno estaba preparado y el avivamiento se inició sin demora. Fue tan fuerte el mover del Señor que las personas que caminaban por las calles se sentían atraídas a entrar en las iglesias o caían de rodillas, clamando a Dios por misericordia. Es evidente, entonces, que en el corazón de todo avivamiento se encuentra el espíritu de la oración colectiva. Recuerda este gran principio: ¡El poder de la oración se multiplica cuando los creyentes oran juntos y, el acuerdo entre ellos garantiza la respuesta!