Aves de rapiña que arrebatan tu bendición - 2/2/2025 - #1337
Episode 362, Feb 02, 09:28 PM
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Pastor José Luis Cinalli
2/2/2025
Aves de rapiña que arrebatan tu bendición
2/2/2025
Aves de rapiña que arrebatan tu bendición
“Y aves malignas descendieron sobre los animales sacrificados, pero Abram las ahuyentaba”, Génesis 15:11 (BBE).
Abram era un hombre viejo y sin hijos cuando Dios le prometió una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo. Y aunque “Abram… creyó” la promesa del Señor (Génesis 15:6, PDT) le pidió una prueba. Fue entonces que Dios propuso un pacto de sangre. Abram debía cortar animales y colocarlos frente a frente. En aquel tiempo era muy común que los contrayentes de un pacto pasaran entre las mitades de los animales comprometiéndose irrevocablemente al cumplimiento de sus obligaciones. Abram obedeció, puso los animales en el suelo y de repente “aves malignas… descendieron sobre los animales sacrificados, pero Abram las ahuyentaba”, Génesis 15:11 (BBE). Jesús dijo que “las aves del cielo” (Lucas 8:5) son las que devoran la preciosa semilla del Evangelio y que esos pájaros representan al mismísimo Satanás: “El diablo les arrebata de sus corazones el mensaje para que no crean ni se salven”, Lucas 8:12 (BDA2010). Como buen teólogo Satanás sabe que la palabra de Dios tiene el poder de transformar y salvar eternamente a una persona. La palabra de Dios es “palabra de reconciliación” (2ª Corintios 5:19), “palabra de verdad” (2ª Corintios 6:7), “palabra de… gracia” (Hechos 14:3; 20:32), “palabra de vida” (Filipenses 2:16) y “palabra de… salvación” (Hechos 13:26). Con razón el diablo trabaja duro procurando que esa Palabra no penetre el corazón de las personas. Su trabajo implacable para mantener a las personas lejos de la Palabra debe incentivarnos a predicarla aún más sabiendo que si un corazón se mantiene en contacto con ella existe una gran posibilidad de que emerja la fe para salvación.
Qué imagen tan impactante. Aves de rapiña arrojándose en picada para arrebatarle la ofrenda a Abram. La lucha contra los enviados del infierno fue larga y dura, pero Abram obtuvo la victoria experimentando un nuevo encuentro con el Señor. Esto nos enseña que antes de que Dios pueda revelarse a sí mismo y revelarnos su voluntad debemos librar grandes batallas espirituales. “Las aves malignas” simbolizan los esfuerzos del enemigo para frustrar los propósitos de Dios. Los mensajeros del infierno llegan para devorar nuestra fe y arruinar nuestro sacrificio de consagración. Eso sí, las aves de rapiña se dan cita solo donde hay un cuerpo muerto, Mateo 24:28. Cuando la carne está en proceso de putrefacción las ‘aves de rapiña’ aparecen para devorar nuestra nueva vida en Cristo. Si no queremos ser despojados de las bendiciones debemos velar. Dormirnos mientras las “aves malignas” revolotean a nuestro alrededor propia ser fatal. Seamos agresivos en la oración luchando intencionalmente por lo que Dios nos dio. No permitas que esos ‘buitres espirituales’ arruinen tu fiesta sagrada. Enfréntalos con valentía y determinación.
La palabra de Dios transforma al hombre, pero no sin su cooperación. Mientras se siembra la buena semilla del evangelio el enemigo está al acecho para neutralizar su potencial. Existe una lucha a todos los niveles: mientras se predica la palabra, mientras se la recibe y aun después de haberla aceptado procurando que la persona no persevere en la fe. ¡Cuando Dios habla, estalla una batalla cósmica! Debido a que lo que está en juego es la vida eterna de las personas tenemos una urgente necesidad de predicar el evangelio puro, aquel que está centrado en Cristo y solo en Cristo. El mensaje del actual cristianismo sin Cristo está centrado en el hombre, en las necesidades del hombre, en los sentimientos del hombre, en los problemas del hombre y en la felicidad del hombre, ¡pero no en Cristo! Que diferencia con el mensaje apostólico orientado a la cruz de Cristo. Pablo dijo: “Nosotros predicamos a Cristo crucificado”, 1ª Corintios 1:23. Volvamos a la senda antigua, volvamos al antiguo evangelio Cristo-céntrico. ¡Recuperemos el mensaje apostólico centrado en lo que Cristo logró por nosotros mediante su sacrificio en la cruz! Cristo es todo lo que necesitamos. Por lo tanto, ¡no escuches a los demonios apestosos, rechaza sus ofertas, ahuyéntalos del sacrificio y disfruta de las bendiciones que Dios te ha dado!
El diablo no quiere que las personas escuchen el evangelio, y si lo escuchan que no lo crean y si lo creen que no lo obedezcan. “El dios de este mundo ha nublado la mente… No los deja ver la luz que traen las buenas noticias sobre la gloria de Cristo…”, 2ª Corintios 4:4 (PDT). Observa a qué punto trabajan “las aves malignas” para devorar la vida espiritual de los creyentes y desviar a la humanidad de los caminos de Dios que alguien le preguntó al Chat GPT: “si fueras Satanás, ¿de qué manera te servirías de la agenda 2030 para implementar tus planes?”. La respuesta de la inteligencia artificial es poco menos que impactante. Entre otras cosas dijo: “Para desconectar a las personas de la fe verdadera, introduciría una espiritualidad falsa y vacía, genérica y superficial. Incentivaría prácticas espirituales sincretistas y fomentaría la idea de que todas las religiones son iguales, despojando al cristianismo de su identidad única y su mensaje de salvación. Además, debilitaría a la iglesia silenciándola como voz profética. Convencería a los líderes eclesiales de un evangelio humanista diluyendo su misión evangelística y misionera. Finalmente, fomentaría alianzas entre la iglesia y los organismos seculares para comprometer la fidelidad al evangelio de Cristo”. Extraído del Evangélico digital, 27 de enero de 2025.
Jesús dijo que el diablo arrebata la palabra sembrada en los corazones de la gente a los picotazos como las aves del cielo. En el patio de nuestra casa crecen dos plantas de papaya, fruta conocida también como mamón. Su fruta es muy codiciada, tanto por su sabor como por su densidad nutricional. Eso sí, son plantas muy delicadas. Necesitan mucha agua y hay que cuidarlas del sol y del frío extremo; incluso del viento debido a que sus raíces suelen no ser muy profundas. Tenemos que estar muy atentos porque en verano la fruta madura muy a prisa y los pájaros se la comen antes de que podamos disfrutarla. Sin ir muy lejos, la semana pasada nos sentimos decepcionados. Debido a que habíamos llegado tarde de la iglesia pospusimos la cosecha para la mañana siguiente, cosa que nunca ocurrió porque lo único que encontramos fue la cáscara del mamón. Los pájaros arrebataron el fruto mientras nosotros dormíamos, muy temprano en la mañana. Y así sucede en el mundo espiritual. Jesús dijo que el enemigo sembró cizaña “mientras dormían…”, Mateo 13:25. El enemigo no solo impide que la semilla del evangelio penetre el corazón de los incrédulos sino que, además, siembra cizaña en el corazón del creyente. La cizaña generalmente son los malos pensamientos. El diablo no siempre te miente, pero siempre te confunde. El diablo no viene por tu familia, matrimonio, negocio; ni siquiera por tus hijos, viene por tu vida espiritual. Si logra meter una cuña en tu relación con Dios todo se vendrá abajo. Siempre te hablará mal de Dios y en ocasiones mal de la iglesia. Te empujará a abrazar la ofensa para congelar tu corazón y apartarte de la grey. Pero la forma más común es llenar los corazones de dudas y temores. Existe un personaje bíblico que representa muy bien la manera en la que opera el diablo con los hijos de Dios. Su nombre es Najás, el rey pagano que le sacó el ojo derecho a los hombres de la tribu de Gat y de Rubén, 1º Samuel 10:27. Najás significa ‘serpiente’, su misión era oprimir y llenar de temor al pueblo de Israel. Lo mismo hace con nosotros. A menudo enfrentamos fuertes presiones espirituales y grandes tormentos mentales. Como si una nube negra nos envolviera. No podemos pensar ni ver con claridad. Dudamos y desconfiamos de todos, incluso de Dios. No nos sentimos queridos ni apoyados. ¿Te has sentido alguna vez así? Ni se te ocurra abandonar o atribuirle a Dios descrédito alguno: “Mantengámonos firmes sin titubear… sigamos confiando en Dios… porque él cumplirá lo que prometió”, Hebreos 10:23 (NTV, TLA).
Conclusión. La duda es muy mala porque acusa a Dios de abandono. Pone en tela de juicio el tierno y amoroso cuidado de Dios. En cambio, perseverar firmes y confiados en Dios en medio de las pruebas le da gloria, como lo hizo Abraham quién a pesar de ser viejo “y no… tener hijos… mantuvo firme su fe en la promesa de Dios sin dudar jamás… y así él daba… gloria a Dios”, Romanos 4:19-20 (PDT, RV 60). El apóstol Pedro dijo que “la fe que pasa la prueba dará alabanza, gloria y honor a Jesucristo…”, 1ª Pedro 1:7 (PDT). El versículo también es traducido así: “Si vuestra fe permanece firme, recibiréis alabanza, gloria y honra el día del regreso... de Jesucristo”, 1ª Pedro 1:7 (CST). Dios honra nuestra fe y nuestra fe en medio de las dificultades honra a Dios. Esta es la fórmula bíblica para la alegría sin fin. La gloria de Dios y nuestra felicidad están tan unidas que si buscamos sinceramente la primera obtendremos la última. “No se turben… cuando les toque pasar por el fuego de las pruebas… Al contrario, gócense; porque… tendrán la inmensa alegría de compartir su gloria…”, 1ª Pedro 4:12-13 (NT-BAD). ¡El que busca la gloria de Dios recibe la recompensa del cielo!