El hombre fiel abundará en bendiciones - 23/3/2025 - #1344
Episode 369, Mar 23, 11:28 PM
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Pastor José Luis Cinalli
23/3/2025
El hombre fiel abundará en bendiciones
23/3/2025
El hombre fiel abundará en bendiciones
“Potifar dejó todo lo que tenía en mano de José… Después… la esposa… puso sus ojos en José y le dijo: “duerme conmigo”…Pero él no quiso y dijo… “¿Cómo podría yo cometer un mal tan grande y pecar contra Dios?”, Génesis 39:6-9 (NRV1990, MN).
¿Por qué razón José dijo “no” a la atractiva oferta de la esposa de Potifar? ¿Para no arruinar el futuro glorioso que Dios le había prometido en sueños? ¿Para evitar sufrimientos físicos? ¿Para no perder el cielo? Nada de eso. José nunca dijo nada acerca de la posibilidad de perder el trabajo, el ministerio o la herencia espiritual. No le dijo a la mujer: “si nos acostamos te estaría haciendo daño” o “estaría faltándole el respeto a tu esposo”, ni siquiera pensó en el perjuicio que se hacía a sí mismo o a su descendencia. La verdadera razón por la que José se negó a pecar fue el temor a Dios: “Sería un gran pecado contra Dios”, Génesis 39:9 (NTV). Lo que lastimaba la conciencia de José era la idea de pecar contra Dios. José sabía muy bien qué pensaba Dios acerca de la fidelidad en el matrimonio. Lo aprendió de sus padres. Sabía que Dios celebró el primer matrimonio y expresó claramente su deseo de que las parejas se mantuvieran unidas y fueran “una sola carne”, Génesis 2:24. También sabía que quienes intentaron romper otros matrimonios despertaron la ira de Dios. Por ejemplo, los hombres que quisieron acostarse con la esposa de Isaac, su abuelo, y con la de Abraham, su bisabuelo, se salvaron por poco de sufrir graves consecuencias, Génesis 20:1-3; 26:7-11. Si ‘Potifarsa’ le hubiera propuesto adulterar los libros de contabilidad a cambio de una abultada suma de dinero, ¿qué hubiera hecho José? Lo mismo: hubiera dicho que no, para no entristecer a Dios. El pecado ofende al Señor, lo entristece, lo apaga y lo aleja. Y además, cuando pecamos, le damos una gran alegría al diablo. ¿Es eso lo que realmente queremos? La razón por la que el diablo nos espolea a la desobediencia es partirle el corazón a Dios. Refiriéndose al pueblo de Israel la Biblia dice: “… Le dieron a Dios mucha tristeza”, Salmo 78:40 (PDT). “Se rebelaron… y entristecieron a su Santo Espíritu…”, Isaías 63:10 (NTV); Génesis 6:5-6. Y no olvides una cosa: la alegría que le damos al enemigo es retribuida con mucho sufrimiento. No pienses ni por un instante que aquel déspota y cruel amo te premiará por tu desobediencia a Dios. ¿Por qué tratar con tanto desprecio quién nos adoptó como hijos y nos libró del yugo del pecado y la condenación eterna? ¡No hay peor pecado que provocarle lágrimas a quien nos ha regalado sus mejores sonrisas!
La historia de José es impactante y está colmada de principios espirituales:
1) La unción de productividad es el resultado de la obediencia a Dios. “El Señor estaba con José, por eso tenía éxito en todo… Potifar… se dio cuenta de que el Señor estaba con José y que el Señor hacía que le fuera muy bien en todo”, Génesis 39:2-3 (NTV, PDT). ¿Qué tenía José para que Potifar reconociera a Dios en su vida? ¡Prosperidad! José era próspero. Y era próspero porque obedecía a Dios: “Si… obedecen a Dios, serán bendecidos con prosperidad por el resto de su vida…”, Job 36:11 (NTV). Por supuesto la prosperidad de José no era económica porque él era esclavo. Su riqueza no era material sino espiritual. Su mayor tesoro consistía en bienes intangibles como paz, salud emocional y bienestar integral. La prosperidad de José provenía de su temor a Dios y su vida bendecida era un poderoso testimonio del favor de Dios. Dios nos bendice para que “… vean su gran poder y lo alaben”, Salmo 106:8 (TLA). Potifar contrató a José porque quería su bendición, quería el Dios que José tenía. ¿Te acuerdas de Obed-edom? Su fidelidad atrajo la bendición de Dios y todos, incluso el rey, querían al Dios de Obed-edom, 2º Samuel 6:11. La bendición que llega como consecuencia de la obediencia hace que el nombre de Dios sea honrado entre los que no creen.
2) Liderar con carácter es más importante que hacerlo con carisma. La vida de José fue una verdadera montaña rusa. José siempre fue el favorito de alguien: primero de sus padres, luego de Potifar y finalmente de su esposa. Pero ser el favorito también le trajo problemas. Sus hermanos lo odiaron y lo vendieron como esclavo. Siendo esclavo ascendió a siervo exitoso, luego cayó como un delincuente y lo encarcelaron como un criminal. José sufrió en el pozo pero enfrentó un peligro aún mayor en Egipto: la lujuria de una mujer malvada. José fue tentado. La tentación es parte inevitable de nuestro mundo caído. No podemos escapar de ella. Existen tentaciones materiales, la lujuria por las cosas y existen tentaciones sexuales, la lujuria por el cuerpo ajeno; es decir: el deseo de poseer y disfrutar lo que no nos pertenece ni legal ni moralmente. Cualquier expresión sexual fuera del matrimonio es pecado, primero contra Dios y, luego, contra el cónyuge y contra sí mismo. José había sido un hijo fiel cuando vivía con sus padres; un trabajador fiel al cuidar los rebaños de su familia y un siervo fiel cuando fue vendido a Potifar. Y por su fidelidad Dios lo bendecía. Dios no espera menos de nosotros que de José. Dios espera que seamos fieles. No lo decepcionemos.
3) Las batallas morales se ganan en los tiempos secretos con Dios. José enfrentó con éxito la tentación. ¿Cómo lo hizo? A) Afrontó la tentación inmediatamente. Como José había decidido ser fiel a Dios antes de llegar a Egipto; cuando la tentación lo atropelló supo que hacer. No subestimes el poder de la tentación. Hay quienes dicen: “Yo nunca… y luego ceden”. Por tal motivo resiste la tentación al comienzo. La morosidad hace que la tentación vaya cobrando fuerza en nuestro interior, debilitándonos espiritualmente hasta hacernos ceder. La tentación debiera ser arrojada inmediatamente y en forma decisiva. Perder tiempo es mortal. Las medidas tomadas a medias causan estragos. B) Afrontó la tentación desviando la mirada. La mayoría de las tentaciones comienzan por la vista, Génesis 3:6; Josué 7:21; 2º Samuel 11:2. Jesús dijo: “Si uno de tus ojos te hace codiciar, sácatelo. Mejor es que te lo saques a que seas arrojado de cuerpo entero al infierno”, Mateo 5:29 (NT-BAD). El Señor sugiere tomar una acción drástica para librarse de todo aquello que nos tiente a pecar. Una mirada codiciosa conduce a menudo a pensamientos pecaminosos que pueden dar lugar a una acción inmoral. Job tiene un buen consejo que darnos: “Hice un pacto con mis ojos; de no mirar con codicia sexual a ninguna joven”, Job 31:1 (NTV). C) Afrontó la tentación huyendo. “... José dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió”, Génesis 39:12. Enfrenta la tentación con decisión: cuando José dijo “no”, quiso decir “no”. Y di no a la tentación antes de que la tentación toque a la puerta de tu vida, ¡di no por amor a Dios! Pablo dijo: “Huyan de la inmoralidad sexual...” 1ª Corintios 6:18 (NVI); 2ª Timoteo 2:22. Contra el diablo, el consejo bíblico es resistir y él huirá; contra la flaqueza espiritual, Jesús nos exhortó a velar; pero contra el pecado sexual, el mandamiento es huir. En otras palabras, cuando se trata de tentaciones sexuales, dice Dios, sé un cobarde. Por último, recuerda que el secreto de José para enfrentar con éxito la tentación estaba en su extraordinaria relación con Dios. Si aspiras a disfrutar de Dios y su bendición tendrás que ser intencional en tu búsqueda de su presencia. Tu amistad con Dios es el tesoro más importante que tienes: ¡cuídalo!
4) La fidelidad atrae bendiciones. “El hombre fiel abundará en bendiciones”, Proverbios 28:20 (LBLA). Por hacer lo correcto José fue premiado con la cárcel. No fue recompensado por tomar la decisión correcta. Nadie lo felicitó ni lo elogió, ¡pero Dios seguía con Él! Puede que algún día, en algún momento de debilidad te sientas tentado a pensar que la fidelidad a Dios no vale de mucho. No aceptes esa verdad inventada por el mentiroso. Tú persevera en hacer lo que Dios te pidió y deja los resultados en sus manos. A Dios le preocupa más la confiabilidad de una persona que los resultados. Continúa con tu servicio fiel motivado por amor a Dios. A su tiempo, Dios enviará la recompensa como sucedió con José. El Espíritu Santo se encargó de que todos supieran qué le sucedió al hombre despreciado en la tierra por su obediencia a Dios; “El SEÑOR estaba con José… y le mostró su fiel amor… El SEÑOR estaba con él y lo prosperaba en todo lo que hacía”, Génesis 39:21-23 (NTV). Jehová estaba con José porque José había tomado la decisión correcta. De aquel lugar de desprecio llamado cárcel Dios lo promocionó a la más alta posición en el imperio egipcio. Su familia, descendencia y aun todo Israel están en deuda con José por su gran fidelidad y respeto a Dios: “… Dios… te brinda su ayuda… y… siempre te bendice. ¡Con bendiciones del alto cielo! ¡Con bendiciones del mar profundo!... Son… grandes… bendiciones… Todas estas bendiciones te pertenecen a ti, José, pues entre tus hermanos tú eres el más importante”, Génesis 49:25-26 (TLA). Recuerda este principio espiritual: ¡no importan las consecuencias que sufras por hacer lo correcto, lo que importa es que el Señor esté contigo! Ninguna otra cosa tiene verdadera relevancia en esta vida.